columna joseluisSí el 2024 parecía un choque político inminente, choque que no se dio por que muy seguramente en las alturas del poder, se fraguó un acuerdo que sacrifico a Xóchitl y hundió a la oposición, cuestión que si bien eludió la crisis política que se pronosticaba, no ha superado los escollos sociales, económicos y políticos que la habían configurado, precisamente por que aun el riesgo de una recesión económica está presente, los problemas de seguridad social se mantienen en alta relevancia, como la violencia, la inseguridad y la crisis sanitaria, el déficit presupuestal tiende a la alza y la inversión pública a la baja, los apoyos sociales no están garantizados presupuestalmente y las presiones del gobierno estadounidense crecen con la migración que se elevara con la crisis política de Venezuela particularmente.

 

El gobierno mexicano no cierra el primer ciclo de la 4T con buenos augurios para la segunda etapa que inicia con Claudia Sheinbaum, cuando se reduce la economía y se contrae con la caída a mitad del año de la producción primaria, industrial y de servicios, que ajustan el crecimiento anual a la baja de un 3 por ciento a un 1.5 por ciento el 2024, lo que representa un inicio cuesta arriba el 2025.

 

México seguirá teniendo la favorable posición estratégica por su relación estrecha con la economía de Estados Unidos, la más rica y quizá la más boyante del mundo, pero su inserción favorable seguirá dependiendo de si acopla con el nuevo gobierno del país vecino o no, cuestión que quede quien quede, republicanos o demócratas, la opción solo es una: acoplar nuestras políticas económicas a las condiciones geopolíticas de los Estados Unidos.

 

Si eso se concreta sera un gran paso, que se duplicaría si la política interior se recupera tanto en sus manejos políticos más flexibles como en la solución de problemas que se han arraigado como la violencia, la inseguridad y el manejo populista y desgastante de las políticas asistencialistas.

 

El mundo se convulsiona en nuestros días, tanto que la violencia y la guerra son ya una amenaza tangible más allá de guerras localizadas como la de medio oriente y la invasión de Rusia a Ucrania, que por fortuna son contenidas aun por mecanismos diplomáticos y estrategias de bloqueos y restricciones económicas, pero las amenazas están latentes.

 

El riesgo mayor que tiene México, es el de su democracia y su estado de derecho cuando ambos están en grave riesgo de ser reducidos con un retroceso histórico como seria que prosperaran las reformas del poder judicial y se impusiera la sobrerrepresentación parlamentaria, lo que produciría prácticamente un régimen autocrático con un gobierno de partido de estado único, como hace 50 años.

 

Todo es una mezcla que el nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum tendrá que enfrentar y el primer obstáculo que tiene que vencer, son los apetitos del caudillismo de López Obrador, quien pretende un “Maximato” donde el representa al poder tras el trono de Claudia, “Maximato” que sería la forma más burda de representar esos apetitos y en la practica la forma más sencilla para lograrlo es convertirse en el presidente de MORENA, lo que lo colocaría como el líder político en paralelo al gobierno. Al tiempo.