México vive momentos cruciales en sus problemas, por lo que será determinante para su futuro y sus consecuencias, como será en los casos de la migración, narcotráfico, violencia, inseguridad, democracia, gobernabilidad, economía y cambia climático.
Casi para terminar el año se llevó a cabo una reunión entre los gobiernos de Estados Unidos y México, donde bajo una iniciativa presidencial de ambos países, se acordó revisar de manera extraordinaria y urgente esta agenda, siendo encabezada la delegación estadounidense por el secretario de estado Anthony Blinken y por México, la canciller Alicia Bárcena.
El contexto que produce este acontecimiento, que nos tomó a casi todos los mexicanos en plenas vacaciones, esta matizada por un conjunto de acontecimientos que la definen como decisiva en las relaciones bilaterales.
Tal es el caso del crecimiento exponencial de la migración hacia Estados Unidos por la frontera, como lo es que, en un solo mes, de noviembre a diciembre, se había detenido y deportado 270 mil migrantes, de los cuales más de 20 mil fueron tan solo sacados de estados unidos a ciudades mexicanas de la frontera, creando un problema critico de manejo de situación y de derechos humanos.
El otro es el que tiene que ver con la incidencia sostenida y creciente de la inseguridad y violencia en México, así como el tráfico de drogas, el crecimiento territorial y de fuego del crimen organizado, la incertidumbre del nearshoring (relocalización) para la reubicación de empresas de otros países en México al suspenderse la instalación de la planta automotriz de TESLA en Nuevo León, aunado a la débil infraestructura logística en los estados más próximos a la frontera con estados unidos para recibir esta industria.
Esta reunión bilateral entre México y Estados Unidos ya casi para terminar el año, es un reflejo de cómo y a qué velocidad están evolucionando las condiciones geoeconómicas y geopolíticas, tanto que se considera que la crisis de todos estos temas, esta bañada por la guerra que estallo en septiembre entre Israel y Hamas en el medio oriente y como en 2001, cuando derribaron “las torres gemelas” en Nueva York los terroristas de Bin Laden, Estados Unidos extiende sus medidas de seguridad nacional a México precisamente para estas debilidades sociales y económicas que hacen la frontera común más porosa y permisiva para amenazas externas, como lo hizo entonces.
Bajo este cumulo de contradicciones y con una decisión de cambios de gobierno en puerta inscritos en una polarización política, pues simplemente son un caldo de cultivo para el descontrol de todo y por consecuencia el caos, situación que cualquier problema no tendrá solución y empeorará seguramente.
Por eso el debate político nacional debe mantenerse y estar abierto a encontrarle soluciones ante los riesgos de que todos perdamos.
Y ese debate nacional, requiere fuerzas políticas nacionales solidas con liderazgos firmes y decididos, porque se requerirá primero la estabilidad del país, segundo la seguridad y la paz interna y tercero, que la economía no se deteriore y para todo eso se necesita seguramente llegar a acuerdos y en el desorden y el caso, eso es imposible.