El gobernador del estado Rubén Rocha ha resultado tan obcecado ya que durante casi 8 meses múltiples voces le dijeron que se equivocaba con la UAS, que su obsesión maldita por apoderarse de la centenaria institución era imposible ni siquiera violando la ley, la constitución de la república, y apelando a sus incondicionales siempre prestos inútiles por ineficaces, como tampoco corrompiendo comunicadores y medios de comunicación al estilo Quirino Ordaz, aquel que desvió 2 mil millones de pesos para ese efecto lesionando severamente los valores democráticos de nuestra sociedad.
No le basto, no fue suficiente el abuso de poder que cometían, que todavía se atrevió a lo inusitado en un supuesto demócrata, echo mano de las instituciones violentando la ley y llevándola al extremo del “hagan lo que se tenga que hacer”, imitador hasta en las consignas de un líder de la nada.
Violaron la constitución de la manera más flagrante, perdieron todos los juicios en las tribunales federales (más de 250), los fallos definitivos de las cortes les serán adversos y creyeron que saliendo por peteneras podrían salvar el juicio constitucional y así la emprendieron por el facilismo de la corrupción.
“cuando quieras desprestigiar a alguien, nomás acúsalo de corrupto” y así agarraron la máxima de quienes buscan desprestigiar a alguien, dándole vuelo empezando por el gobernador escandalizado por compras de tortillas, huevo, carne, sobre lo que montaron 8 juicios contra el rector Jesús Madueña y su equipo de adquisiciones, llegando al extremo el día 17 de octubre, como medida precautoria, suspendiéndole del cargo de rector de la UAS, acción que derramo el vaso de una paciencia que había durado 8 meses soportando y resistiendo por que lo medular, proteger la autonomía universitarios se estaba ganando (los juicios iban 250 a 0), pero la maniobra, la burda manipulación del poder, la inmoralidad e ilegalidad del poder judicial y los tribunales fueron capaces de mantener todo el tinglado de la fuerza jurídica para realizar este fallo.
El gobernador Rubén Rocha, sus adláteres, incondicionales y hasta “el pelotón chiflado” que organizaron, nunca imaginaron la reacción de los universitarios. Mas de cien mil, si, más de cien mil, salieron a las calles de los 20 municipios de Sinaloa y paralizaron Sinaloa detuvieron la vida cotidiana de las ciudades y mostraron, como uno solo, que a la UAS no se le viola su autonomía , que la UAS tiene liderazgos y lo más valioso, que la UAS ha conquistado los corazones de los hogares sinaloenses, como también lo han hecho en el universo académico y científico, alcanzando lugares como nunca antes y colocándose a los niveles del TEC de Monterrey y la UNAM.
La UAS, en estos meses aciagos de resistencia y lucha legal ha mostrado la calidad de sus alumnos, maestros y autoridades.
Mientras, el gobierno de Rubén Rocha se ha mostrado como un gobierno inepto mediocre, sumido en el escándalo y sin idea de solucionar los problemas de Sinaloa.
Triste ha sido el rol de nuestro gobernador, exhibido en todo el país como un protector de acosadores y violadores, como para cargar con un estigma más, violar la autonomía universitaria, que no es ningún coto de poder sino un símbolo de libertad para el desarrollo del conocimiento, la ciencia y el autogobierno, precisamente para impedir esos poderes, sobre todo del gobierno siempre hambrientos del poder.
Fueron más de 100 mil jóvenes, padres, madres, maestros y trabajadores, que si no se entiende en la próxima seremos más.