En la raya

La muerte de Villa…cien años después

columna joseluisQuien sabe quién fue, se dijo que Álvaro Obregón, que también el general Plutarco Elías Calles, que incluso los norteamericanos estuvieron involucrados en el asesinato del Gral. Francisco Villa aquel 20 de julio de 1923 en parral chihuahua, lo cierto es que todos los poderes establecidos lo querían muerto pues temían fuera la cabeza de una nueva rebelión popular.

 

Francisco Villa es sin duda el guerrero más formidable de la revolución mexicana y símbolo de rebeldía del pueblo de México.

 

   Hoy se cumplen 100 años del proditorio asesinato y en se memoria, quedan las palabras hecho poema de mi amigo Rosalio Morales, oriundo de Ignacio Zaragoza, Chihuahua, dónde tanto camino surco este ilustre patriota, el héroe más querido de la Revolución Mexicana...Descanse en Paz.

 

100 AÑOS: ¡ VIVA VILLA!

Rosalío Morales Vargas

Fin de un itinerario turbulento

bajo el lluvioso temporal de julio.

Parral ensangrentada, estupefacta

incrédula miró el asesinato,

languideció la estrella de un mito arrebatado.

Ni santo ni demonio;

escrutan sus andares miradas muy diversas:

Leyenda negra de violencia inusitada

o furor apoteósico inflamado de heroísmo;

muchos lo quieren fuera de páginas gloriosas

y oscurecer la partitura de su vida,

pero sobre los lomos de las crónicas

de los enmohecidos sótanos emerge su figura.

Fue de todo, abígeo y asaltante

en las sierras y estepas tumultuarias;

de bandolero a revolucionario,

de guerrillero a jefe

de millares de hombres en combate;

encrespado valor, lágrima fácil,

espíritu fogoso de pueblo enfurecido.

Contumaz fugitivo,

desde joven lo persiguió el orden porfiriano,

la ley de las haciendas;

marejada de ira popular

germinó donde mora la pobreza,

borrasca huracanada de presagios,

sintetizó el alma y pundonor de los humildes.

Es un relato desde abajo,

cepillando la historia a contrapelo;

inspiración magnética de masas,

encarnó aspiraciones de la gente;

mas también en el halo de leyenda hay manchas

y aciagos contrapuntos

que mellan su estatura de gigante;

irá volcánica en algunas ocasiones,

en otras, una estampa de ternura.

Centauro de horizontes infinitos,

un ciclón insurrecto de coraje,

a muerte repudiaba la traición y la doblez;

sabiduría instintiva,

un concierto de afanes sin reposo

y un torbellino en la revuelta.

Pancho, Francisco, Doroteo,

imposible quedarse quieto ante el abuso,

tiene ansiedad y prisa por la redención

de parias y oprimidos,

enardecido frenesí en las batallas,

lealtad en la visión contra los ricos.

En la mañana taciturna de Parral

la alevosía y el miedo lo emboscaron,

un complot de venganza y red de intrigas

en pérfida mansalva

lo acribilló con lluvia ígnea.

Pero el villismo sigue cabalgando

montado en briosas y modernas Siete Leguas,

regresan los Dorados y Adelitas a la lucha

y un clamor vigoroso

emana de la entraña de la patria,

ya se escucha el grito enardecido:

¡ Viva Villa... cabrones!