= Presentes, los gobernadores de Sinaloa y Durango

 

= Admiten riesgos; pero “hay que correrlos; no hay de otra”

 

= ¡Aguas! 10 mil personas en restaurantes y malecón de Altata

 

= Jorge Walterio Medina, en heroíca lucha contra el Covid-19

 

Hace ya poco más de una semana, el compañero y amigo Jorge Walterio Medina Palazuelos informó, a través de su cuenta de Facebook, haber dado positivo a Covid-19; pero que ya estaba en manos de los médicos. La noche del domingo próximo pasado, ingresó al Hospital Civil, especializado en esta clase de padecimientos.

Ciertamente los primeros reportes fueron preocupantes, más ayer lunes, ya en horas de la tarde, nos hablaban de una mejoría notable del estado de salud del hijo del inolvidable maestro del periodismo sinaloense, don Jorge Medina León.

Jorge Walterio es una persona altamente afectiva en el medio, de tal forma que no extrañan la gran cantidad de mensajes que atiborraron las redes sociales, con deseos de una pronta recuperación. Walterio Medina – con quien nos une una amistad que se ha consolidado durante los últimos años – es un hombre enamorado de la vida, luchón y como decimos luego: echado pa’ delante.

Estará bien.

Sin embargo, hay que ayudarle. Y una oración por su salud tiene un incalculable valor en estos momentos.

Así de fácil.

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Mientras.

Los gobernadores de Sinaloa y Durango – Quirino Ordaz Coppel y José Rosas Aispuro, respectivamente – confirmaron la reactivación del sector turístico en nuestro Estado, a partir del miércoles primero de julio. En Durango, entidad que aporta enorme cantidad de turismo a nuestra entidad, se aplicará un protocolo similar y de ahí la presencia del “Güerito Rosas” en el puerto de Mazatlán. También presente el alcalde del puerto, Luis Guillermo Benítez Torres.

La reactivación contempla la apertura de hoteles a un 40 por ciento y con esta limitante se incluyen: restaurantes, playas, balnearios, campos de golf y distintos puntos de recreación. Todo sujeto a un estricto protocolo, que incluye un distintivo de sanidad para todas las empresas participantes.

De acuerdo a lo informado por el gobernador Quirino Ordaz, en el diseño de este protocolo se trabajó intensamente en coordinación con todos los involucrados – hoteles, restaurantes y servicios – con la finalidad de evitar la propagación de un mayor número de casos de Covid-19, en la inteligencia de que si bien la epidemia sigue presente, a estas alturas ya es imposible mantener paralizado el aparato productivo de la entidad.

El propio Quirino lo admitió:

-Se trata, lo sabemos, de un desafío; pero la vida sigue y tenemos que saber transitar por la nueva normalidad. Sin una vacuna contra Covid-19, lo importante es seguir con todos estos protocolos de seguridad y vigilar su cabal cumplimiento.

¿Qué os parece?

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Por cierto.

Aún y con el semáforo en rojo – según los criterios del gobierno federal -, Sinaloa avanza rápidamente a eso que llaman la nueva normalidad.

El pasado domingo, por ejemplo, se abrieron tanto el malecón como las playas de Altata y se calcula una afluencia no menor a las 10 mil personas. Del mismo modo, los restaurantes de la bahía experimentaron notables mejorías en sus ventas.

Aquí en Culiacán, ayer lunes, luego de muchos días de negociaciones entre comerciantes y ayuntamiento, el presidente municipal, Jesús Estrada Ferreiro, accedió a reaperturar el centro de la ciudad, tras una serie de adecuaciones a las rutas del transporte urbano. Un importante número de restaurantes operan desde hace poco más de una semana.

Y a todo esto se agrega el acuerdo de ayer en el sentido de abrir el sector turístico de Sinaloa, en la inteligencia de que se trata de la segunda actividad económica más importante de nuestro Estado.

¿Riesgos?

Los hay. Y muchos. El más temido, un repunte de los casos de Covid-19 en nuestra entidad, que se localiza entre las primeras cinco, con más contagios, a nivel nacional. Por eso seguimos en rojo, por cierto.

La otra realidad, imposible de ocultar, es que la actividad económica no puede estar detenida más tiempo. Y por otro lado, que el confinamiento, a estas alturas, ya no es precisamente la mejor opción. El encierro, por si mismo, ha causado muchas muertes (infartos, derrames cerebrales y depresión) y ha causado, además, gravísimos problemas de índole social.

Hay que tomar la única alternativa disponible: la responsabilidad.

Responsabilidad para cuidarnos nosotros mismos y cuidar a los demás. Y bueno, pues a esperar que las consecuencias de esto no sean tan desastrosas como lo predicen algunos.

Veremos.

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Por cierto.

La reforma constitucional que da validez jurídica a las sesiones virtuales del Congreso del Estado, todavía no se publican en el diario oficial de Sinaloa y por lo tanto no puede recurrirse a ellas para avanzar en el enorme rezago existente en el Poder Legislativo de la entidad. Por un lado, por la pandemia; por otro, porque así ha avanzado siempre el congreso, con eterna demora.

Así las cosas, la sesión del jueves venidero tendrá que ser presencial por necesidad. Con todos los cuidados y limitaciones que esto implica; pero presencial, al fin y al cabo.

El orden del día se desconoce.

Apenas y si tendría que aprobarse la tarde de ayer lunes, mediante sesión virtual de la junta de Coordinación Política del Congreso del Estado.

Entre los pendientes, por cierto, el tema correspondiente a la nueva directora del Instituto Sinaloense de las Mujeres, tras un nuevo rechazo – por parte de la comisión de Unidad y Género – a la nueva propuesta del gobernador Quirino Ordaz Coppel: la conocida periodista Eva Guerrero.

Si, en efecto, el eventual nombramiento de Eva Guerrero fue reprobado por la comisión correspondiente; pero la votación definitiva será responsabilidad del pleno; es decir, de los 40 diputados integrantes de la sexagésima tercera legislatura del Congreso del Estado. Será difícil que la fracción mayoritaria no atienda el lineamiento de su coordinadora, Graciela Domínguez; pero, bueno, es una posibilidad.

Pendientes.

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A manera de colofón.

Por hoy aquí le paramos. Nos vamos ya con nuestra súplica de que se cuide mucho. Ahora mas que nunca.

Y nuestros deseos de siempre: que Dios los bendiga.

Vámonos pues.

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