= MaloVa, Vizcarra, Irizar, Lara y Abrahám
= Ofreció libertad para “hacer su juego”
= Y les garantizó, además, piso parejo
= “No estoy casado con la idea de Vizcarra”
= “Cualquiera de los cinco, ganará sin problemas”.
La columna del martes 14 de los corrientes, con el título “Cuando MaLoVa le pegó jonrón a Chuy Aguilar con las bases llenas”, ha sido la más leída de los últimos días. Quizás por el morbo natural, casi nueve años después del suceso; a lo mejor por no tocar, deliberadamente, los temas relacionados con la pandemia que azota al mundo, causante de pesadillas e insomnio. Por lo que haya sido, la aceptación fue prácticamente general en nuestro portal de internet y en todas aquellas plataformas que nos favorecen con su publicación.
Para complementarla (a petición del público) empleamos ahora el recurso tan utilizado por las nuevas producciones cinematográficas que suelen jugar con los tiempos a su antojo, de tal modo que ya es común que sus historias inician por el final y concluyen por el principio. Así son ahora las películas, en su mayoría.
En esta condición, para terminar con esa historia - una joya de la política sinaloense - vámonos cuatro meses atrás. Por allá en agosto del 2009, cuando a Jesús Aguilar Padilla todavía le restaba casi mes y medio para la conclusión de su sexenio gubernamental.
Nuevo desayuno, a las orillas de la alberca de la lóbrega Casa de Gobierno, aquí en la colonia Guadalupe, de Culiacán. El menú habitual: fruta, jugo de naranja, carne machaca, huevos al gusto, frijoles refritos, generosas raciones de queso fresco, tortillas de harina y de maíz, más una cafetera, repleta de la humeante y aromática bebida. Eso sí, con azúcar de dieta “porque a estas alturas del partido el dulce es nuestro enemigo mortal”.
Aguilar Padilla, sin más preámbulos, está en el tema:
-Ahora sí, mi querido doctor, se llegaron los tiempos más difíciles para un gobernador: la selección de su sucesor, que en mi caso tendrá que ser postulado como candidato del PRI allá por los meses de enero o febrero del año entrante – dice, con un tono de seriedad poco común.
Y añade:
-Te doy la nota, no para que me la adjudiques a mí, como declaración, por supuesto, sino para que tu le des el manejo que consideres conveniente. Ya tengo una preselección del posible candidato, entre los que figuran quienes, a mi juicio, son, en este momento, los principales activos del Partido Revolucionario Institucional. Aquí van cinco nombres que te voy a mencionar en riguroso orden alfabético, con base en su primer nombre de pila.
Y los soltó:
1.- Aarón Irizar López, diputado federal electo, por tomar posesión del cargo, el primero de septiembre de ese año.
2.- Abrahám Velázquez Iribe, secretario de Comunicaciones y Obras Públicas del Gobierno del Estado, mismo puesto desempeñado durante el sexenio de Juan S. Millán, con un intervalo de meses para ejercer como diputado federal.
3.- Jesús Vizcarra Calderón, presidente municipal de Culiacán.
4.- Mario López Valdez, senador de la República.
Y:
5.- Oscar Lara Aréchiga, diputado federal electo, también por entrar en funciones.
De los cinco, cuatro habían sido miembros de su gabinete, bueno Abrahám Velázquez lo era todavía en esos días. Antes de llegar a la alcaldía de Culiacán, Jesús Vizcarra, por su parte, se había desempeñado como secretario de Desarrollo Económico; Mario López Valdez, antes de ser senador, como secretario de Desarrollo Social y Lara Aréchiga (qepd) antes de brincar al congreso federal, como secretario de Administración y Finanzas, a su vez. Además de la secretaría general de gobierno (en manos de Rafael Oceguera), las posiciones más importantes en el andamiaje del gobierno estatal. Sin duda.
Evidentemente, Aguilar Padilla les tenía el pulso bien tomado a los cinco. Les conocía fortalezas y debilidades; les había dado toda su confianza; advertía lealtad de su parte y estaba irrefutablemente convencido de algo muy importante: los consideraba, en efecto, los activos más valiosos del PRI…en esos momentos.
-Yo creo que a partir de nuestra reciente victoria electoral de este año (el PRI había ganado, de manera categórica, las ocho diputaciones federales de Sinaloa en 2009), la gubernatura la tenemos en el bolsillo, de nuevo. Con cualquiera de estos cinco conservamos el poder; pero, de cualquier modo, te confieso que me voy a inclinar por quien me ofrezca mayor certeza de triunfo cuando tenga que tomar la decisión. Con esto no voy a jugar, mi estimado doctor – comentaba en forma concluyente.
Y agregaba:
-Hoy mismo comienzo a hablar con los cinco, uno a uno. Les voy a dar libertad absoluta para que, sin distraerse de sus obligaciones para con el gobierno del Estado, hagan su juego con absoluta libertad. Insisto, sin perder de vista la naturaleza de su responsabilidad, podrán moverse y reunirse no solo con la dirigencia del partido, sino con los principales actores políticos del Estado. Eso me permitirá a mi llevarles un seguimiento; conocerlos todavía más y me representará, de paso, mayores herramientas para tomar, llegado el caso, la decisión.
Jesús Aguilar bebe café y agua fresca en forma indistinta; da indicaciones a su personal de apoyo para salir a Palacio de Gobierno en cuanto concluya la conversación y puntualiza.
-Te dejo claro: será una decisión apegada a los más estrictos criterios de objetividad y responsabilidad. No influirá ni la amistad ni la relación personal. Cuando esté aquí la fecha (a fines de enero, primeros días de febrero de 2010) me voy a decidir por quien mejor haya hecho las cosas en este lapso; por quien asegure la victoria del partido y por quien garantice un buen gobierno para Sinaloa.
Observa, ya prácticamente para finalizar:
-Algo más. Si te di los nombres por orden alfabético, no fue por casualidad. Y quiero que todos sepan esto: de ninguna manera, bajo ningunas condiciones y en ninguna circunstancia, estoy casado con la idea de favorecer a Jesús Vizcarra, como ya lo especulan en las principales columnas políticas del Estado. Te lo repito: el candidato será aquel que reúna los puntos que ya te he comentado. Será una decisión con la cabeza; no con el corazón.
Aguilar Padilla camina ya hacia el garaje de la Casa de Gobierno, para abordar la unidad blindada en la que se transporta por la ciudad, para trasladarse a la sede del Poder Ejecutivo Estatal. Todavía antes de abordar – con su asistente, Ramón Velázquez a su lado – puntualiza:
-El juego ya comenzó, con suelo parejo para todos, sin cambio de reglas en el transcurso de los meses. Será cosa de ellos ganar o no la candidatura gubernamental.
Suyos los comentarios, queridísimo lector.
= YA: 48 AÑOS CORRIDITOS EN EL PERIODISMO =
Mientras.
El tiempo vuela y transcurre inexorablemente. Envejecemos y multiplicamos experiencia; pero, lamentablemente, también perdemos vigencia de manera inversamente proporcional, ante el impetuoso arribo de las nuevas generaciones y el irrefrenable avance de las tecnologías modernas, que cada vez nos cuesta mayor trabajo entender. Apenas comenzamos a comprender una, cuando ya hay una nueva, para nosotros, de alto grado de dificultad.
Hoy viernes, 24 de abril, celebramos 48 años de ejercicio periodístico ininterrumpido, al servicio de nuestro Estado. Comenzamos a contar nuestra trayectoria, a partir de la publicación de nuestra primera nota, lo que se dio un día como este – era lunes, lo recuerdo – en la sección deportiva de El Sol de Sinaloa, entonces el número Uno en toda la entidad.
De eso ya hace 48 años y vamos camino hacia nuestras “Bodas de Oro” con el periodismo sinaloense, en una trayectoria que nos ha llevado por prensa escrita, televisión, radio, portales y toda esa amplia gama que nos ofrece hoy la internet.
A partir de 1987, en el Diario de Sinaloa, iniciamos con cargos de dirección y desde entonces y hasta 2010, transitamos por todos los puestos habidos y por haber, tanto aquí en Culiacán como eventualmente en otras ciudades del país, hacia donde nos envió, en su momento, la Organización Editorial Mexicana.
Y bueno, ya solo nos faltan dos para los 50.
Anhelo fervientemente llegar a esa meta, no para retirarme, porque de esto nunca termina uno por irse del todo, sino como un propósito de vida. Si lo logro, aquí seguiré hasta que Dios me lo permita. Hace un año, platicaba esto con amigos de toda la vida como Heriberto Millán y Juan Manuel Pineda, con el mismo entusiasmo. Hoy, ellos ya no están. A las pocas semanas emprendieron el viaje sin regreso.
Hoy los recuerdo, así como a muchos otros amigos – Héctor Estrella, Guillermo Aguilar, Sergio Inzunza, Eduardo Aispuro, Enrique “Chino” Alonso y Benjamín y Jorge Bojorquez, entre algunos más – y reitero votos por cumplir, con la disciplina que creo haber mantenido siempre, con esta tarea que me he auto impuesto, hasta que quiera Dios y el cuerpo aguante.
Sencillamente.
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A manera de colofón.
Escribo estas líneas, desde mi encierro voluntario al que me sometí desde el 16 de marzo próximo pasado, en un compromiso sellado con Idolina, mi esposa.
El tema abordado en la parte final de esta columna, lo quisiera haber expuesto en otras condiciones mucho más favorables; pero, ni modo. Desgraciadamente, nos toca vivir estos tiempos nada fáciles, que para mucha gente ya se han convertido en una verdadera pesadilla. Digno guion de una película de ciencia ficción.
Ya son, entonces, casi seis semanas de enclaustramiento y si lo que nos dicen no son cuentas alegres, apenas vamos a la mitad del camino.
Si bien nos va, dicho sea de paso.
Ninguna medida tan dura como el confinamiento, por todo lo que representa – en lo económico, lo social, lo moral y lo familiar –, sin embargo estamos convencidos, del mismo modo, que no hay de otra. Tenemos que seguir adelante, con optimismo, devoción y convicción.
Mis amigos: Dios los cuide y los bendiga a todos.