= El propio RRM admitió posibles nuevos eventos

 

= Confía en resultados; “se hace lo correcto”

 

=La intervención de Inzunza en la cámara de senadores

 

= Sin universitarios, la consulta del Congreso del Estado

 

= La liebre saltó del sitio más insospechado; Miguel Yunez

 

Apenas en las primeras horas del día -a eso de las 9. 00 de la mañana, para ser más exactos -, el gobernador Rubén Rocha Moya se dirigía a todos los sinaloenses a través de las redes oficiales, para patentizar su marcada preocupación por los lamentables hechos ocurridos en municipios del centro del Estado y para advertir la posibilidad de nuevos eventos similares en el curso del miércoles 11 de septiembre.

Así, el gobernador le enmendaba la plana a su secretario de Seguridad Pública, general Gerardo Mérida Sánchez, quien apenas una hora antes minimizaba las acciones violentas suscitadas durante la madrugada y se atrevía a señalar, temerariamente, la existencia de un clima de paz y tranquilidad en la región central de la entidad, al tiempo que garantizaba una situación adecuada para la realización de las labores cotidianas en nuestra ciudad.

Para esas horas, ya los medios de comunicación -que no las redes sociales – daban cuenta de bloqueos en la maxi pista Culiacán-Mazatlán; el cierre de las casetas de peaje de Costa Rica y Marmol; incendio de unidades móviles en la ciudad; un inexplicable y alevoso atentado contra un camión de transporte de jornaleros; un crimen en la colonia 16 de septiembre y eventos violentos en Costa Rica y Quilá.

Ante la temprana difusión de tales hechos, el servicio de transporte público se suspendió de nueva cuenta; los padres de familia tomaron la decisión de no enviar a sus hijos a las escuelas; los profesionistas dejaron de prestar sus servicios y los establecimientos comerciales permanecieron sin abrir sus puertas (o “aperturar”, como se dice ahora) y el resultado fue que la ciudad se paralizó por tercer día al hilo, con las consecuencias económicas y sociales que todo esto representa.

Afortunadamente ya no se tuvo información de nuevos “eventos” -en lenguaje del secretario de seguridad – y el resto del día transcurrió en medio de una atmósfera de tranquilidad (no exento de la zozobra e inquietud que tales acciones generan) y cayó el sol, con la esperanza del regreso a Culiacán de la tranquilidad perdida.

Ya tres días es mucho tiempo para vivirlos en circunstancias de esta naturaleza, incluso para los culichis, con todo y nuestros elevados parámetros de resiliencia y lo acostumbrados que supuestamente debemos estar a situaciones de esta naturaleza.

Ya este jueves será el día 04 y roguemos por el retorno de la paz a nuestra ciudad, que es lo más que podemos hacer.

Digo.

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Y bien.

En su mensaje a los sinaloenses (el de las 9. 00 horas del miércoles), el gobernador Rubén Rocha destacó algunos puntos medulares en esta lucha emprendida contra quienes han alterado, sin pudor alguno, las condiciones de tranquilidad de que gozábamos en semanas anteriores. Digamos, para ponerle nombre y apellido, que hasta el jueves 25 de julio próximo pasado:

Renglón 01.- Existencia de un operativo coordinado entre los tres niveles de gobierno, cuyo plan de acción consiste en localizar los focos de violencia y en atenderlos de inmediato, sin poner en riesgo integridad de la sociedad civil.

02.- Con relación al punto anterior, se observa todo un protocolo de seguridad.

03.- Integración de 100 nuevos elementos de fuerzas especiales, lo suficientemente capacitados como para actuar por aire y tierra.

Y:

04.- Incorporación a los operativos, de equipo de última generación, con unidades blindadas y artilladas, además de aeronaves también dotadas con herramientas suficientes para hacer frente a la delincuencia.

Aquí vinieron las palabras del gobernador:

-Con responsabilidad tengo que admitir que posiblemente se presentarán nuevos focos de violencia; pero tenemos la capacidad necesaria para su erradicación. Ténganme confianza.

Efectivamente hay respaldo del gobierno federal hacia Rubén Rocha Moya, que incrementará en la medida que sea necesario, quizás con la participación directa de las secretarías de Marina y la Defensa Nacional, con la participación de sus fuerzas especiales, cuando la situación lo requiere.

Ya es el caso de Sinaloa.

Así de fácil.

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En tanto.

Mientras su compañera de fórmula, Imelda Castro, permanecía a la izquierda de Gerardo Fernández Noroña -presidente de la mesa directiva de la cámara alta del Congreso de la Unión -, correspondió al otro senador sinaloense, Enrique Inzunza Cazarez, fijar el primer posicionamiento de la bancada de MoReNa, en la última discusión alusiva a la nueva ley del Poder Judicial de la Federación, la noche del martes próximo pasado.

En efecto, entre los gritos de los senadores de oposición, que habían tomado la parte central del salón de plenos de la vieja casona de Xicoténcatl (antaño, sede oficial de la cámara senatorial) Enrique Inzunza se apegó al artículo 39 constitucional, para recordar que el ejercicio del poder radica en el pueblo y que es el pueblo quien debe elegir a sus autoridades, sean ya del poder Ejecutivo, el Legislativo o el Judicial.

Hizo un viaje en retrospectiva para evocar que aconteció en la república restaurada -150 años atrás – cuando justamente el pueblo eligió a los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y favorecieron, con su voto, “a los juristas e intelectuales más notables que hayan pisado jamás ese alto tribunal”.

Y cito, de manera concreta, a José María Iglesias, Vicente Riva Palacio, Ezequiel Montes, José María Lafragua, Ignacio Manuel Altamirano, Sebastián Lerdo de Tejada, Ignacio L. Vallarta e Ignacio Ramírez, entre otros.

Postura firme y razonada la del senador sinaloense, en la cual mezcló su experiencia como hombre especialista en Derecho y su cualidad como tribuno, para dar a conocer la razón de ser de la nueva ley sobre el Poder Judicial de la Federación y la manera directa en que impactará a la ciudadanía, para el ejercicio del derecho del voto, también en el Poder Judicial.

Enhorabuena.

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Por otro lado.

Las últimas horas, efectivamente, fueron pródigas en la aportación de material analizable para quienes hacen de esto una profesión que no requiere título universitario ni cosa por el estilo; pero ninguno de estos temas -por más interesantes que parezcan – superan al que debe importarnos mayormente, como es precisamente lo que sucede en la zona central de nuestro amado Sinaloa.

Digamos que:

-La aprobación de la nueva Ley del Poder Judicial de la Federación.

-La realización de la consulta al interior de la UAS por el congreso del Estado.

Y ¿por qué nó?

-El debate entre los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos.

Así las cosas, vámonos por partes.

Por lo que hace a la aprobación de la ley del Poder Judicial, la fructificación de las maniobras políticas de la dirigencia de la Cuarta Transformación, para lograr el voto que les hacía falta (el 86) para lograr la mayoría calificada. Increíblemente, un opositor acérrimo al presidente Andrés Manuel López Obrador, Miguel Angel Yunez, fue quien dio el voto definitivo. Y se verán cosas peores, dice la palabra del Señor.

En lo que concierne a la consulta del Poder Legislativo Estatal a la UAS, arrancó este miércoles, conforme a la metodología aprobada. O sea: con mesas receptoras de votos en los accesos a todos los campus universitarios; pero en esos campus universitarios no había estudiantes, ni maestros, ni trabajadores, ni investigadores. La UAS tomó como justificante las últimas jornadas de violencia en el Estado, para mandar a todo mundo a casa, “por su seguridad”. Y este jueves y viernes, tampoco habrá nadie a quien consultar porque la medida ya se extendió hasta la semana venidera. ¿Cuál será la reacción del Legislativo?

Y por lo que corresponde al debate entre los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, imposible omitir la paliza de Kamala Harris, del partido Demócrata, a Donald Trump, el candidato del Partido Republicano. Tras el debate, la señora Harris se perfila como la nueva inquilina de la casa blanca, a partir de enero del año entrante.

Luego le seguimos.

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Por hoy, hasta aquí. Nos vamos ya. Cuídense mucho y Dios los bendiga. Ahora y siempre.

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