columna jorge luis telles circular= Diversos criterios en la definición

 

= La 4T asegura tener el porcentaje

 

= Diferencias mínimas entre 4T y oposición

 

= Oposición, más firme que nunca, dicen

 

= Viene la semana más interesante del año

 

Adán Augusto López Hernández, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, ya no está tan seguro de obtener, de entre el bloque opositor, el voto que aún le falta a la Cuarta Transformación para lograr la mayoría calificada y para la aprobación, en consecuencia, de la nueva ley del Poder Judicial del gobierno Federal.

Es por eso qué ha dejado correr la narrativa en el sentido de que la mayoría calificada se obtiene con 85 senadores y no con 86, como señalaron, desde un principio, los especialistas en materia electoral. Se trata, justamente, del número de votos con los que ya cuentan los tres partidos unificados en la 4-T, circunstancia que convertiría en un asunto de trámite, la sesión plenaria del miércoles venidero en la cámara alta del Congreso de la Unión.

-Ya tenemos los votos necesarios para la aprobación de la nueva ley – declaró, en su momento, el titular de JuCoPo, Adán Augusto López Hernández.

-Y hasta sobrados – reafirmó Gerardo Noroña, presidente de la mesa directiva de la cámara de senadores.

Sin embargo, ya no parecen tan tranquilos, luego de que los 43 senadores del bloque opositor -22, del PAN; 15 del PRI; 5 de Movimiento Ciudadano y Manlio Fabio Beltrones (que se quedó sin partido) – se han comprometido públicamente a votar en contra de la minuta correspondiente, ya en el ámbito de la cámara alta del Congreso de la Unión.

Caer del caballo, cuando ya prácticamente se cruzó el río sin problemas mayores, representaría un golpe brutal para el presidente Andrés Manuel López Obrador; para la presidenta electa, Claudia Sheinbaum y para toda la Cuarta Transformación en términos generales.

Bajo esta circunstancia la 4-T coloca en la agenda una nueva discusión, que dará mucho de que hablar en los próximos días: que la mayoría calificada se alcanza con 85 y no con 86, como ha sido siempre en polémicas de esta naturaleza.

Se va a poner bueno el asunto.

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Bien.

En conceptos estrictamente matemáticos, la mayoría calificada en el Senado de la República consiste en tener los votos de las dos terceras partes de los dueños de los escaños, lo que equivale a:

En números ordinarios: 85. 32, de los128 senadores.

Y en términos porcentuales: el 66. 6 por ciento de la cámara.

¿Cómo anda el inventario de la Cuarta Transformación?

En guarismos ordinarios: 85 senadores.

En porcentaje: 66. 4 por ciento.

En el primer caso, 3 decimas hacen la diferencia; en el segundo, 2 décimas de punto porcentual.

Es decir: si el próximo miércoles se presentasen a votar los 128 senadores y 43 de ellos -como ya lo prometieron – lo hiciesen en contra del proyecto de Ley, entonces la 4-T perdería la última batalla (y de las más importantes) del sexenio presidencial de Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo, no creemos que la 4-T se quede cruzada de brazos, ante la posibilidad del holocausto.

El oficialismo ya trae entre manos el tema de que 85 votos son suficientes para obtener la mayoría calificada y esta nueva postura -fruto indiscutible de su temor de no rebasar la cifra en la sesión plenaria en puerta – no solo la van a sostener, sino a fortalecer en el curso de los próximos días, con la difusión de versiones favorables en tal sentido, con la intención de sembrar la idea de que esto ya está resuelto y que lo que ocurrirá el miércoles venidero será mero trámite.

Pendientes pues.

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Y bueno.

Al día de hoy, ya los tres partidos del bloque opositor se han comprometido a votar en contra de la minuta que será revisada el miércoles próximo en la cámara de Senadores.

Lo hizo primero el PAN, con sus 22.

Luego MC, con sus 5.

Después el PRI, con sus 15.

Y finalmente Manlio Fabio Beltrones, a quien Alito Moreno le cerró las puertas de la bancada por las criticas en su contra. En otros tiempos eso hubiese bastado, para no votar en el sentido de los senadores del PRI; pero lo que está en juego no es cualquier cosa. Representa un cambio fundamental en la estructura jurídica de México.

Ahora que es claro que nada ni nadie puede garantizar el cumplimiento de las afirmaciones anteriores. Las “primas donas” del Senado -sin importar el partido al que pertenezcan – aborrecen la manipulación; no les gusta que les den indicaciones de ninguna naturaleza y menos que los traten como inocentes corderitos que es lo que ocurrirá seguramente en el curso de los próximos días.

Acción Nacional, por ejemplo, ya dio el primer aviso: citará a los 22 senadores suplentes, a fin de activarlos de inmediato, en caso necesario. Al mismo tiempo, le pidió a los titulares la firma a un documento, en el cual autorizan su separación temporal, en un momento extremo.

Al senador Riquelme, del PRI, ya se le solicitó también una dimisión estratégica, de no reunir las condiciones físicas adecuadas para asistir a la sesión del próximo miércoles.

Y así.

Seguramente, los 85 senadores del oficialismo y los 43 de la oposición serán recluidos, 24 o 48 horas antes, en algún hotel cercano al sitio de la reunión, a la que serán trasladados, bajo un estricto control, llegada la fecha. El PRI también pedirá una carta de ausencia, rubricada por el titular del escaño senatorial.

Con todo y estas medidas, que no garantizan el cumplimiento de los propósitos al cien por ciento, muchas cosas pueden pasar:

-Amenazas y recordatorios de asuntos pasados a los senadores.

-Secuestros.

-Enfermedades repentinas.

-Pérdida del vuelo del estado que representan, a la ciudad de México.

-Urgencia por acudir al sanitario justo a la hora de la votación.

En fin.

Muchas cosas pueden pasar, en efecto.

Y para concluir, la expectación morbosa en cuanto al senador que traicionará a la causa para unirse al bloque mayoritario, sin importar que los señalamientos en su contra serán de por vida y que ello no necesariamente dejará satisfechas sus perspectivas de un futuro mejor.

Si. Se viene una semana por demás interesante. Un cierre a tono con lo que ha sido el sexenio presidencial de Andrés Manuel López Obrador.

Suyos los comentarios, amigo lector.

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Hasta aquí por hoy. Nos vamos ya. Cuídense mucho y Dios los bendiga. Ahora y siempre.

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