= Todo en la cancha del Congreso del Estado
= De ahí surgirá el dictamen ¿definitivo?
= Sin claridad la consulta a los universitarios
= La llegada de Mario Delgado a la SEP
= Alito Moreno, el colmo de la desvergüenza
Con la conclusión de su último periodo a la vuelta de la esquina, la 64 legislatura del Congreso del Estado -bueno, su comisión de educación, ciencia y tecnología – se declaró, desde el viernes próximo pasado, en sesión permanente, a fin de analizar a fondo las 36 iniciativas de reformas a la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa, recibidas de tiempo atrás en el Poder Legislativo.
Estas 36 iniciativas, de diferente procedencia, ya fueron leídas ante el pleno y de esas 36 surgirá un único dictamen que será sometido a la consideración de los 40 diputados en funciones. El actual periodo es ya el último y fenecerá el 31 de julio, para dar paso al receso de un par de meses que precederá a la instalación de la nueva legislatura, el primero de octubre que ya prácticamente está en puerta.
Si a usted le interesa el tema, seguramente querrá enterarse del origen de las 36 iniciativas mencionadas: 10, de integrantes de la comunidad universitaria de la misma UAS; 2 de igual número de diputados de la presente legislatura; una, mixta entre un diputado y un segmento social; una, de un colegio de abogados y 22 de la ciudadanía en general.
Y también le importará saber que, en términos generales, existe una coincidencia muy identificada en 4 ejes medulares:
1.- Elección de rector, consejo y directores, por voto universal, libre y secreto.
2.- Paridad de género en la integración de los órganos de autoridad.
3.- Gratuidad absoluta en la educación.
Y:
4.- Transparencia y rendición de cuentas ante la sociedad.
De paso, le subrayamos los nombres de los diputados integrantes de esta comisión de educación, ciencia y tecnología: Adolfo Beltrán Corrales (el presidente), Mónica Armenta Elenes, Sergio Mario Arredondo Salas y Gloria Imelda Félix Niebla.
Ellos y ellas son quienes están en sesión permanente, ya con poco margen de tiempo para las deliberaciones correspondientes.
De aprobarse esta iniciativa y transformarse en la nueva ley orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa, ésta pasará a sustituir a la de 2006 (cuando Héctor Melesio Cuén Ojeda era rector: Jesús Burgos Pinto, presidente del Congreso del Estado y Jesús Aguilar Padilla, gobernador) cuyo tema central consistía en la transferencia al Consejo Universitario de la facultad de elegir al rector a través del voto de todos los universitarios.
En realidad ninguna de las 36 iniciativas arroja novedades relevantes. Los temas abordados son los mismos que en todos los espacios de análisis de han abordado a lo largo del último año; pero hay algo básico, fundamental, que no puede pasarse por alto: ¿Quién y cuando se hará la consulta al interior de la comunidad universitaria, estrictamente necesaria para la reforma? Y si se hace ¿se respetará el sentido del posicionamiento de los universitarios?
Una duda pequeña. Nada más.
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Por otro lado.
Los seis primeros integrantes de lo que será el gabinete de la próxima presidenta Claudia Sheinbaum fueron recibidos entre fanfarrias y posturas optimistas de parte de la opinión pública en general: Juan Ramón de la Fuente (Relaciones Exteriores), Alicia Barcena (Medio Ambiente), Marcelo Ebrard (Economía), Rosaura Ruiz (Ciencia y Tecnología), Julio Berdegué Sacristán (Agricultura) y Ernestina Godoy (consejera jurídica de la presidencia).
Los otros y las otras seis ya no tanto -una semana después - aunque si con calificaciones medianamente aprobatorias: Rogelio Ramírez de la O (Hacienda Pública), Edna Elena Vega (Desarrollo Territorial), David Kershenobich (Salud), Luz Elena González (Energía), Jesús Antonio Esteva Medina (Comunicaciones y Transportes) y Raquel Buenrostro (Función Pública).
Y los cuatro y las cuatro restantes, critica generalizada -en mayor o menor grado – con una excepción: Rosa Icela Rodríguez (Gobernación), Omar García Harfuch (Seguridad Ciudadana), Ariadna Montiel (Bienestar) y Mario Delgado (Educación). Omar García, es la excepción.
Nombramientos pendientes, entre muchos otros: Trabajo, Turismo, CFE, Petróleos Mexicanos, ISSSTE e IMSS.
Comentarios abrumadoramente en favor para los doctores José Ramón de la Fuente y David Kershenobich; para el sinaloense Julio Berdegué Sacristán, para Rogelio Ramírez de la O, para Omar García Harfuch, para Alicia Barcenas y para Raquel Buenrostro. Todos y todas bien calificados por la opinión pública en general.
Asteriscos para García Harfuch, de quien se preguntan ¿a que va a una secretaría tan mermada después de que le cercenaron a la Guardia Nacional, con un impacto directo en perjuicio del presupuesto a ejercer?
En grado de sobresalientes: los doctores de la Fuente y Kerchenobich.
Y muchísimas dudas y malestar mayoritario frente a la designación de Mario Delgado como secretario de Educación Pública del gobierno federal, en la que se privilegió la cobertura de la principal cuota partidista y se sacrificó lo que más tenía que cuidarse: la educación.
Coincidimos plenamente en lo individual.
En lo personal, sin embargo, nos quedamos con el convencimiento de que Relaciones Exteriores es, en efecto, una secretaría de suma importancia; pero pequeña para un hombre de la estatura del doctor De la Fuente, cuyo destino parecía la secretaría de Gobernación. Una enorme diferencia con la beneficiada a la postre.
Una secretaría asignada finalmente con base a otros criterios, menos el de la experiencia, la capacidad y la habilidad para la concertación, cualidades que el doctor de la Fuente llena a plenitud.
En fin.
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Mientras.
Hoy día, cuando el tema de la reelección salta a la palestra -por el abuso de los políticos y las políticas gandallas que creen que si ellos o ellas no sale el sol -, el maltrecho Partido Revolucionario Institucional aprueba reelección por dos periodos consecutivos, a fin de satisfacer (a propósito) los apetitos de su actual dirigente, Alejandro Moreno, causante directo, junto con su paritaria camarilla, de la inminente extinción de lo que fue, por más de 70 años, el partido más poderoso de nuestro país.
Alito Moreno ya cumplió cinco años al frente del PRI -con los desastrosos resultados que ya todos le conocemos -: cuatro de ellos inherente a un primer periodo y uno más que se le agregó como aconteció en el PAN, con Marko Cortez y en Morena misma, con Mario Delgado.
De acuerdo a los reportes procedentes de la ciudad de México (respecto a la sesión plenaria de la 24 asamblea nacional ordinaria), el presidente podrá reelegirse por dos periodos más de cuatro años cada uno, con los cuales sumaría 13 consecutivos como presidente del CEN, en lo que constituye un cinismo total y una abierta burla a la militancia en general.
Así las cosas, el campechano, amigo cercano de López Obrador (¿acaso alguna vez escuchó usted un ataque de AMLO contra AMLITO?) podrá decidir, dentro de tres años, la candidatura gubernamental por Sinaloa (Paloma Sánchez), las diputaciones plurinominales al Congreso del Estado y también las diputaciones de RP que podrían quedarse en Sinaloa, si es que hay alguna de estas. Esto, de entrada, más lo que vendrá en años próximos.
Justo en estos tiempos, cuando la reelección vuelve a ser el centro de las discusiones en el orden político nacional.
Bueno.
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Y hasta aquí por hoy. Nos vamos ya. Cuídense mucho y Dios los bendiga. Ahora y siempre.