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El Protocolo de Protección Integral Universitaria (PPIU) que implementó la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) es algo necesario y muy pertinente que habla bien de la responsabilidad de la comunidad universitaria y sus autoridades pues es muy completo y genera confianza en los padres de familia, sin embargo se debe tener por parte de los gobiernos una política pública de incidencia en la vida social, opinó el doctor Ronaldo González Valdés, profesor investigador de la Facultad de Historia de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).
 
“(A los padres) les da tranquilidad desde luego y en esa medida hay que insistir en la convocatoria para que ellos efectivamente hagan caso, atiendan a las sugerencias de este conjunto de prescripciones emitidas por nuestra Universidad, en aras de hacer lo que es básico, lo que es elemental: trabajar en la prevención para que sus hijos estén alerta y protegidos ante cualquier contingencia que pueda ocurrir”, expresó.
 
Indicó que ante el hecho colectivo de inseguridad las instituciones de educación superior deben hacerse cargo de la investigación propiamente antropológica y sociológica que vaya más allá de las situaciones específicas que ocurren en periodos determinados y que permitan ubicar la densidad histórica, la densidad social de un problema y partir de eso generar propuestas de articulación del quehacer social para tratar de incidir en la agenda pública de lugares como Sinaloa, pero en general de todo el país con propuestas de intervención social.
 
 
González Valdés consideró que implementar programas de fomentos de valores es un primer paso y aporta en cierta medida de manera positiva en la sociedad para que cambie la vida social cotidiana.
 
 
“Es decir los valores son representaciones sociales y en tanto representaciones sociales son resultado de prácticas sociales completas”, dijo al explicar que si los valores no se representan o se desdoblan en prácticas sociales efectivas que se vean en acciones a favor de la comunidad en la colonia popular, en el medio rural o urbano, entonces los valores no van a dejar de ser un buen rosario de intenciones que jamás van a prender en la vida real.
 
 
Señaló que para atender el problema de la violencia y la inseguridad las investigaciones en las instituciones educativas deben ser pertinentes e incidir en la vida social y contribuir a la agenda política, mientras que la sociedad y los Gobiernos municipal, estatal y federal deben cumplir también con su parte lo que permitiría que se desate una sinergia social, que tenga un efecto multiplicador, es decir, la acción pero a partir de diagnósticos que se pueden elaborar desde la Universidad a través de sus diferentes facultades.
 
“Creo que es un momento axial, estamos justamente ante la necesidad perentoria de hacer un hecho social de conciencia profundo que nos permita reconocernos como sociedad y que en esa medida nos permita también tomar cartas en el asunto desde lo social, es decir cómo reconstruir los tejidos sociales porque lo que ocurre en el medio rural es distinto en términos de lo que ocurre en los valles, en los altos y en el medio urbano”, añadió.
 
 
 
 
 
 
 
REDACCIÓN/VISIÓN CIUDADANA.