Los sismos ocurridos en el estado de California, Estados Unidos en días pasados con magnitudes de consideración, subyacen de una falla poco estudiada y no de la falla de San Andrés y estos ocurren a poco más de dos décadas que no se tenían grados de intensidad como los mencionados, dijo investigador universitario.
El doctor Manuel Trejo Soto, catedrático de la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Espacio (FACITE) de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) explicó que el epicentro de estos sismos se localizó en el desierto de Mojave y pertenece a unas fallas profundas que de alguna manera se activan y ocasionan movimientos como los descritos a principios del mes de julio en California.
El investigador comentó que según datos de los especialistas estadounidenses la fallas hacen una L invertida que viene del noroeste al sureste y luego la otra de manera perpendicular.
Señaló que algunos estudios muestran que del sismo del 4 de julio las ondas sísmicas se propagaron hasta el estado de Alaska, “en un lapso de 20 minutos estas ondas se detectaron hasta allá”.
Con ello, indicó Trejo Soto, a citar los datos del sismológico de Norteamérica, que la falla de San Andrés no tiene que ver con estos eventos sísmicos, ya que, se manifiesta en los estudios que esta falla tiene alrededor de 150 años que no tiene una ruptura tan fuerte.
Aunque puede ser que de alguna manera esta ruptura de L invertida haya impactado a la zona sur de la falla de San Andrés, que dicho sea de paso tiene una longitud de mil 300 km y se interna en México, pero se analizará por los expertos, agregó.
El especialista consideró que no hay manera de saber si estos eventos tendrán repercusiones con las placas del Pacífico y Norteamérica, que se encuentran en el litoral del Pacífico mexicano, “sabemos que hay zonas con eventos sísmicos, pero el saber cuándo y dónde podría suceder un sismo con magnitud grande es casi impredecible”.
REDACCIÓN/VISIÓN CIUDADANA.