Para descartar la presencia de amiba de Vida Libre y otros microorganismos en albercas y balnearios públicos de Sinaloa, así como prevenir enfermedades de la piel, mucosa y digestivas, la Comisión Estatal para la Prevención contra Riesgos Sanitarios de Sinaloa (COEPRISS), realiza una verificación constante a estos centros de esparcimientos durante las vacaciones.
Jorge Alan Urbina Vidales, titular de la COEPRISS, explicó que actualmente cuenta con un censo de 213 albercas, ubicadas en las principales ciudades del estado.
“Estamos revisando las condiciones de higiene y seguridad en Salud de las albercas para prevenir enfermedades de piel, mucosa y digestivas, así como la posible presencia de amibas de Vida Libre y otros microorganismos, en cumplimiento de la Norma 245-SSA1-2010. Se verifican albercas públicas e instaladas en los hoteles, sobre un censo de 213 establecimientos, distribuidos principalmente en las ciudades de Los Mochis, Culiacán y Mazatlán, y en menor proporción en algunas otras localidades”, expuso.
De lo que se trata, insistió, es de prevenir y minimizar riesgos a la salud pública por enfermedades gastrointestinales y de la piel, entre otras, ocasionadas por el contacto y/o la ingesta de microorganismos patógenos y sustancias químicas en el agua de albercas.
Por lo anterior, opinó que es necesario llevar a cabo el control y vigilancia de las condiciones sanitarias de operación y mantenimiento de las instalaciones; así como el monitoreo sistematizado de parámetros fisicoquímicos y de microorganismos que determinan la calidad del agua.
Urbina Vidales dio a conocer que, de acuerdo a los lineamientos de la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios, los dueños o responsables de albercas deberán asegurarse que las instalaciones de la alberca cumplan con ciertos requisitos sanitarios, tales como: bitácoras de aplicación de cloro, concentración de cloro en el rango de 1.5-5 ppm, limpieza y operación de estos cuerpos de agua, contar con un procedimiento de contingencias y para dejar la alberca fuera de servicio en caso de accidentes o condiciones poco salubres del agua, así como tener una circulación óptima del agua, es decir, que el agua no esté estancada.
De igual manera, tener servicios sanitarios y regaderas en el área y se deben prohibir el ingreso de mascotas, como perros y gatos, tanto al interior como en el área exterior de la alberca.
REDACCIÓN/VISIÓN CIUDADANA.