columna oswaldo villaseñorLa tolerancia llegará a tal nivel que las personas inteligentes tendrán prohibido pensar para no ofender a los imbéciles”. Frase de Fiódor Dostoyeski.  

El presidente Andrés Manuel López Obrador miente y miente con singular alegría.

¿Pero porqué miente el presidente? ¿A caso es mitómano? No, para nada, aunque ya de tanto mentir pueda que se haya hecho.

Bien lo dice el presidente cuando afirma que de sus 100 compromisos hechos, ya cumplió 99. Nada más le falta uno. El no mentir.

Pero insistimos. ¿Porque miente el presidente? La razón es muy sencilla. El presidente miente y miente para poder así ganar él la narrativa y mantener el control de la agenda mediática.

Eso es lo que al Presidente siempre le ha importado y le ha dado prioridad. Mantener el control de la narrativa nacional.

Aún cuando su mentira se descubra, la verdad, no tendrá la misma cobertura que su mentira y como lo dice muy frecuentemente; algo queda a su favor.

Lo que no puede permitir, ni permite el presidente, es que la realidad le gane la narrativa y entonces él la modifica aunque sea por poco tiempo, con su narrativa. Al final, la realidad real siempre se impone. Aún así, en la mentalidad y estrategia del presidente, hay una utilidad. Se ganó tiempo, se evitó una crisis política y de paso, no faltó quien sí creyera en su mentira.

Es por eso que el presidente, se la pasó mintiendo y mintiendo a lo largo y ancho de la pandemia. “Que si ya se venció el “mounstro”, que si ya vamos de salida, que unos son los muertos confirmados por causa del COVID y una cantidad doble, el “aumento de la mortalidad” promedio, etc.

En pocas palabras, el presidente operó la pandemia, no con criterio médico, sino con un criterio político. Eso si, repitió y repitió su mentira para día a día, ganar un día más la narrativa.

¿Qué hubo muchos muertos? Pues si, pero no hubo una crisis política.

¿Qué mucha gente se quedó sin su pequeña empresa, sin su trabajo, que se cayó la economía a menos 8% del PIB? Si pero no hubo una crisis política.

A cualquier otro presidente, tan solo con estos resultados, el país se le hubiera incendiado. A Andrés Manuel No, gracias a sus mentiras.

Qué desde el primer año prometió que para el 2021 los mexicanos tendríamos un sistema de salud universal, gratuito y de mejor calidad que en Dinamarca y aún no lo ha cumplido. No importa.

A base de mentir y mentir, ha ido alargando el tiempo y la esperanza -si es que aún existe- de que efectivamente la salud de los mexicanos es su preocupación.

La realidad le dice que no solo no hay un sistema de salud universal y de la calidad, sino su gobierno le ha aportado a dejar a 34 millones de personas sin acceso a los servicios de salud que sumados a los 20 que le heredaron sus antecesores, ya suman 54 millones de personas.

¿Pero no cumplió con en el 2021?. No importa. A base de otra mentira se adjudicó otro año más de gracia. Dijo que para diciembre de 2022.

¿Qué no volvió a cumplir? No importa, ahora para diciembre de 2023. ¿Qué no volvió a cumplir? No importa, ahora para marzo de 2024.

Insistimos, las mentiras no le resuelven el problema, no modifican la realidad, pero le sirve para ganar tiempo y evitar perder la narrativa nacional.

No importa que sea verdad o sea mentira, lo que importa es la percepción y en el manejo de masas y en el marketing político, percepción es igual a realidad. Por eso miente y miente el presidente.

“No hay medicinas” le gritaron en uno de sus eventos donde repetía y repetía su mentira de que ya no hay desabasto de medicamentos como lo afirman sus adversarios políticos. Y responde el presidente con otro grito. “Pero va haber”

¿Cuando habría que preguntarle? Seguro cuando llegue otro presidente que arregle el desorden que hizo en el sistema de salud. En su gobierno, ya no hay esperanza de que haya.

Aún así sus mentiras, le sirvieron para no generar una crisis social por la falta de medicamentos.

Su más reciente mentira, fue un cuadrangular. O sea que se voló la barda.

Y es que varios estados del país, agobiados por la sequía le piden y le exigen ya a sus gobernadores que hagan su declaratoria de desastre para acceder a fondos de ayuda para enfrentar el grave problema económico que se viene encima.

Los gobernadores hasta el momento postergan esta declaratoria, por una razón muy sencilla. Ya no proceden, ya no hay FONDEN y tampoco sus miles de millones de pesos que existían en sus fideicomisos. ¿Y adonde fue a parar este dinero? Buena pregunta. Ya no hay FONDEN y ya no hay dinero. Esa es una realidad.

Entonces el presidente en su última mañanera, se avienta la puntada que gracias a Dios ya llovió y ya se llenaron las presas de Sinaloa, Sonora, Zacatecas, entre otros estados golpeados por la sequía y esto es una bendición porque ya se podrá hacer frente a lo que viene, que es la siembra del ciclo otoño-invierno.

Mentiras y mentiras.

¿Pero porque miente el presidente? Bueno porque seguramente no tiene contemplado ningún programa emergente de ayuda.

Los sinaloenses ya saben de eso. En campaña prometió doblar el precio de mercado internacional a la tonelada de maiz vía compensación y no solo no cumplió, sino que le dio al traste a la agricultura comercial que es la que practica Sinaloa.

Subió el costo de las casetas peaje, la gente salió a protestar y el presidente fue a Sonora a decir que eran mentiras que había subido el costo de los peajes por arriba de la inflación y qué quienes lo afirman, era la oposición. Pero aún así, dijo, se revisará para demostrarle a sus detractores que mienten. Nunca bajó el costo de los peajes en las casetas.

¿Qué asesinaron al periodista Luis Enrique Ramirez? Nombre, a los pocos días, el presidente dijo que ya estaba esclarecido y ya se hizo justicia. Ya pasaron años y aún no se esclarece dicho crimen y no hay detenidos.

En fin, el presidente miente por estrategia. Lo que le importa es ganar la narrativa y no perderla.

Si fuera eterno en el cargo, esa estrategia le seguirá sirviendo, pero ya en el ocaso de su gobierno, sus mentiras lo pueden hundir.

¿O acaso le apuesta a ser eterno y quedarse en el poder?

Habrá que estar pendientes.

PASO A PASITO.-Lectores y seguidores de varios estados del país, nos hicieron llegar sus comentarios de protesta por la mentira del presidente Andrés Manuel de afirmar que la sequía ya se superó y ya se llenaron las presas y se podrá hacer frente a lo que viene que es sembrar en el ciclo Otoño-invierno.

Están desconcertados. En Sinaloa el almacenamiento de las presas apenas y supera el 30 por ciento de su capacidad de almacenamiento.

Productores de BC, Sonora, Tamaulipas, nos contaron que la escasez de agua continúa en sus respectivos estados. Uff la realidad se impone a las mentiras.

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