columna oscar loza ochoaLos tiempos se han dislocado.

¡Cruel conflicto, venir a este mundo para corregirlos!

Shakespeare

 

Carnaval de Mazatlán: ¡el dinero o la vida! Con poca ciencia y falta de respeto por la salud ciudadana, pero con mucho apego a las expectativas de ganancias, el presidente municipal de Mazatlán y el grupo de empresarios que hacen de las fiestas carnestolendas una generosa fuente de negocios, se salieron con la suya. Hubo borlote. Y el gran río humano, por lo demás previsible, transgredió las tímidas medidas anti covid-19 con las que se pretendió justificar el Carnaval.

 

No se requiere citar testigos ni recurrir a la imaginación para tener una idea aproximada de lo que se vivió y que puede generar grandes dolores de cabeza. Basta ver los múltiples videos que dan cuenta de las concentraciones humanas en los puntos geográficos que se sabían imanes para la presencia masiva de personas. Esas reuniones rebasaron con mucho los límites que se “impusieron” los organizadores, los cubrebocas no eran prendas para lucir en ese mar humano, sólo una minoría lo portaba y no pocos de ellos como “columpio de papada”. ¿De qué sirvieron los agentes de policía, las estaciones de control y los drones?

 

Es importante hablar de certezas al final de esa fiesta, por lo que podemos recibir en breve tiempo: se habló de permitir un aforo de no más de 235 mil personas, equivalente al 70 por ciento de la capacidad de los espacios físicos principales y disponibles para los eventos. Aunque se cuente con pruebas de que la presencia fue mayor, partamos de que se cumplió con esa meta. También digamos que, a los temores expresados en vísperas del Carnaval por el secretario de salud, Héctor Melesio Cuén, se suma su hallazgo de que el 30 por ciento de los participantes que pasaron por un examen para detectar el covid-19, salió positivo.

 

Dicha muestra da material suficiente para que nuestros matemáticos proyecten bajo los diferentes modelos usados durante la pandemia las posibles consecuencias en materia de contagios y de defunciones, con las diferentes variantes del coronavirus. Si este miércoles pasado los fiesteros regresaron a sus hogares, para el fin de semana podremos ver el costo inicial de la factura en los 18 municipios de la entidad y en los estados de Durango, Coahuila, Nuevo León y Nayarit, los más asiduos visitantes. Ojalá que la historia reciente discurra de otra manera y que ni las variantes Delta ni Ómicron hayan estado o estén presentes. Abramos un breve compás de espera y la verdad con sus consecuencias no se hará esperar.

 

Pero si llevamos más de dos millones y cuarto de años como especie y en ellos se ha privilegiado la vida por encima de lo demás, no será ahora cuando despreciemos el existir para dar lugar al interés de unos cuantos que buscan incrementar sus fortunas a costa de la salud de los demás. Ya lo están haciendo las farmacéuticas a través de las vacunas y medicamentos, no permitamos que desde la administración municipal y asociados, quienes hicieron los grandes negocios, asalten impunemente nuestro derecho a la salud.

 

¿Qué hacer este 8 de marzo? Por lo pronto se abren dos caminos muy claros. Uno es el que nos muestran las mujeres con familiares desaparecidos, las vendedoras ambulantes, las pepenadoras, las jefas de familia que a pesar de la pandemia y crisis se mantienen de pie y las activistas de siempre. Y el otro las aventureras declaraciones del presidente municipal Estrada Ferreiro, quien afirmó que las mujeres tienen responsabilidad en los ataques y agresiones que reciben de los hombres. Ante la contundente respuesta colectiva de las ofendidas Estrada Ferreiro quiso remendar sus desafortunadas declaraciones, pero el zurcido le salió peor, pues negó lo que dijo reiterando lo mismo, eso sí con su muy particular estilo Estradiano.

 

La Comisión de defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa, la FAOSS y colectivos de mujeres con familiares desaparecidos, siguiendo el ejemplo de lucha de las mujeres mencionadas, están convocando a una reunión pública en el Kiosko de la Plazuela Obregón en Culiacán, para el martes 8 del presente, con la participación de la activista social Mónica Soto, promotora de la suspensión del pago de la deuda pública y luchadora incansable por la igual de la mujer en todos los frentes y campos de la vida económica, social, política, cultural y ambiental.

 

No serán las únicas actividades, Mónica nos acompañará en actividades similares en las ciudades de Mazatlán y Los Mochis en los días 9 y 10 respectivamente. De dichas movilizaciones en el marco del Día Internacional de la Mujer, seguramente saldrán muchas cosas positivas: una organización social más efectiva, tareas para el horizonte cercano y a mediano plazo, sin olvidar que para el cercano centenario de la Constitución de Sinaloa, las mujeres tendrán el reclamo de la perspectiva de género y que desde ya se plantean que las novedades de la Cuarta T no pueden quedarse en la participación femenina paritaria en el Gabinete de Gobierno y en ligera mayoría en el Congreso del Estado. La igualdad reclamada se ubica en el hogar y en todos los terrenos de las múltiples aristas de la vida humana. Vale.

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