columna oscar loza ochoaEsperar es una sed,

como la sed de la tierra cuando no llueve.

Luis Cardoza y Aragón

 

Incertidumbre y pobreza han sentado plaza en el relleno sanitario de Culiacán. La llegada de un gobierno municipal que se reivindica como morenista no cambió para nada la suerte de 502 pepenadores de la basura, pues ni hay una visión democrática sobre el manejo y la administración de la basura que genera la ciudad, ni hay un mejor trato hacia los trabajadores de la pepena. Y como si todo eso fuera poco, al despuntar este 2022 reciben como regalo la noticia de que se privatizará el servicio de la basura y también el relleno sanitario.

 

En una situación un tanto desesperada la Cooperativa de pepenadores hizo llegar un pliego de peticiones al presidente municipal la semana pasada, en el que demandan la firma de anuencia para seguir trabajando en el relleno y el establecimiento de una mesa de diálogo para tratar los asuntos centrales pendientes. Para reforzar la petición el lunes 17 realizaron una marcha de la Plazuela Obregón al Palacio Municipal y tomaron la avenida Obregón. Allí permanecieron hasta este miércoles 19 en que se llevó a cabo el diálogo demandado.

 

Resulta de antología la reunión entre el presidente Estrada Ferreiro y los pepenadores. Lo es no sólo por la asistencia masiva de la prensa, de regidores, de diputados, de pepenadores y de jefes de seguridad, incluido un representante de la Guardia Nacional. Teniendo a mano el pliego petitorio, por lo demás claro en las demandas, el presidente no entra a dar una respuesta, le interesa que antes hablen los pepenadores, deseando el error o la equivocación en los planteamientos, que le puedan justificar una respuesta que poco cuida las formas del discurso y que es una pretendida manera de tomar el control en las negociaciones.

 

Al final, muy a su manera y luego de obligarnos a escuchar sus mal hilvanados regaños y peor organizadas ideas sobre el funcionamiento del servicio público de la basura y el desempeño de la administración pública, aceptó el pliego petitorio, bajo la poco amable reiteración de que, “cumpliendo con una norma internacional”, habrá concesión a una empresa privada de la recolección y trato de la basura en el relleno sanitario. Dentro del planteamiento de la empresa ficción, asegura que quedarán empleados los que hoy trabajan en aseo y limpia y los pepenadores, con un salario de ¡20 mil pesos mensuales! Para Ripley.

 

Confieso que en mi larga vida de activista no había sido testigo de tanta falta de respeto a las instituciones y a la dignidad de las personas, como en la reunión de marras. Alfonso G. Calderón era mal hablado, pero no grosero con sus interlocutores; Antonio Toledo Corro dominaba el vocabulario del gambusino y del arriero, pero se cuidaba de lucirlo en las reuniones públicas. Lamento mucho que el recinto que otrora fue el Seminario Tridentino, donde impartieran cátedra los ilustres don Lázaro de la Garza y Ballesteros y don Pedro Loza y Pardavé, ahora se hirieran nuestros oídos con palabras altisonantes, a falta del más elemental recurso retórico que nos heredaran Enrique Félix “el Guacho”, Chuy Andrade y Eulogio Guerra Aguiluz “el Locho”. ¿Dónde están Inés Arredondo y Alva de Acosta?

 

Por lo demás, espero que a los pepenadores y a nosotros nos quede muy claro que el cooperativismo no es una institución social en abierto fracaso. Hay más de 3 millones de empresas en el mundo con este sello. Hay regiones enteras que son símbolo de éxito económico y social, como la Región Vasca en España. En nuestro país el estado de Puebla es el ejemplo de nuestros días, pues en los dos últimos años se han constituido 109 cooperativas de economía solidaria, ahora hay 569 empresas sociales de ese tipo.

 

¿Por qué entre los gobernantes locales se sigue creyendo en que la salvación para los servicios públicos es la empresa privada? Y se busca justificar en que se tienen que atender normas internacionales. Creo que la iniciativa de AMLO sobre la reforma eléctrica va contra los compromisos internacionales que establecieron los gobiernos anteriores y en el caso de Culiacán se propone marchar a pie juntillas en la idea de privatizar los pocos servicios que siguen siendo públicos. Acá no se escuchó el mea culpa de Emanuel Macron, presidente de Francia, cuando al venirse encima el mundo de la pandemia, reconoció que el peor error antes del Covid-19 fue privatizar los servicios públicos.

 

En homenaje a la primera y segunda generación de pepenadores de Culiacán diremos: que hay una invaluable experiencia en el manejo de la basura, que garantiza una base sólida para establecer una cooperativa que dé un servicio integral a nuestros residuos cumpliendo con las normas internacionales, y, de paso, dignificando su existencia con ingresos mejores y prestaciones sociales. Hay varios adultos mayores y mujeres jefas de familia que reclaman un trato más humano de las autoridades. Tenemos expertos en cooperativismo como Enrique Díaz Terán, científicos ecologistas como Joel Retamoza y Melchor Peiro y un racimo de economistas y abogados de alto nivel, que son garantía para un buen proyecto de manejo e industrialización de la basura. Falta sensibilidad de la autoridad y gestionar recursos públicos para el proyecto. Recursos públicos para la economía social, no dineros privados que se adueñan de nuestros servicios públicos con puro afán de ganancia. Vale.

 

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