columna oscar loza ochoa

Los tres apartheid de nuestro tiempo:

dinero, medicinas, y comida.

Vijay Prashad

La pandemia también se expresa en números. Y el panorama de hoy tiene estas pinceladas: hasta el día 16 del presente mes se habían registrado oficialmente 226 millones 236 mil 577 casos de contagios en el mundo y 4 654 548 defunciones por Covid-19. La letalidad se ha fijado en un 2.1 por ciento. En México las estadísticas hablan de que para la fecha indicada hubo 3 millones 549 mil 229 casos registrados oficialmente y 270 mil 346 defunciones por razones de coronavirus. Se afirma que los contagios han caído un 13 por ciento en México.

 

En Sinaloa, de acuerdo a las estimaciones del periódico Noroeste, hasta el día 16 de septiembre se habían contagiado 70 mil 420 personas y el número de fallecidos era de 8 mil 352 personas. Los casos activos no dejan de ser altos en Ahome con 227, Culiacán con 152, Guasave con 122 y Mazatlán con 64; solo los municipios de Concordia y San Ignacio están en cero, en los otros 16 el total de casos activos suman 805. Y en esas condiciones nos han adelantado que a partir del lunes 20 entraremos al semáforo verde.

 

¿Marchamos hacia el control de la pandemia? Ojalá, pero mientras tanto hay datos que preocupan porque demandan solución inmediata y no la estamos encontrando: la UNICEF nos dice que se han perdido 1 billón 800 mil millones de horas clase presencial por los estudiantes de la tierra y urge a los países a tomar medidas para el regreso a las aulas. Más de 870 millones de ellos enfrentan estos problemas, por lo que se invita a los gobiernos a la apertura de las escuelas a la brevedad y recuperar ese tiempo perdido. El mismo Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, lamenta que mientras su institución abre sus puertas para realizar el 76° Periodo de Sesiones, muchas, muchísimas escuelas mantienen sus puertas cerradas.

 

Entre las cosas que deben estar presentes en estos días en que se afinan detalles para analizar los presupuestos de egresos es que, de acuerdo a la OIT, más del 70 por ciento de los puestos de trabajo generados en lo que va del año en América Latina son informales. México no escapa a ello. Más de 43 millones de empleos perdidos fue el impacto de la pandemia en esta Región, mientras la recuperación de los mismos anda en alrededor de 29 millones, lo que habla de la necesidad de hacer un gran esfuerzo en las finanzas y políticas públicas para recuperar el terreno laboral perdido.

 

Las autoridades de salud mexicanas nos dicen que hasta el miércoles 15 del presente mes, 61 millones 573 mil 170 personas habían sido vacunadas, 40 millones 997 mil 724 con esquema completo y el resto con una dosis. Esos avances en la vacunación han proporcionado alivio en el campo de contagios y en la caída en la ocupación de las áreas Covid-19 de los hospitales públicos. Lamentando que el continente africano apenas alcance un 3 por ciento de su población vacunada y con los recortes previstos, no se alcanzará el 10 por ciento proyectado para finales de 2021. Una verdadera tragedia.

 

Dos cosas centrales deben estar presentes en nuestras acciones inmediatas: que los presupuestos estén estrechamente comprometidos con las prioridades que demanda la sociedad para 2022 y adelantarnos a los vaivenes que el Covid-19 pueda desarrollar, pues será la mejor manera de enfrentarlo. Respecto a las prioridades, no dejamos de sorprendernos cuando autoridades municipales hablan de metrobuses en Culiacán y Mazatlán, a pesar de que el Huracán Nora y una depresión local nos recordaron que hay obras de ingeniería en ríos, canales, arroyos y zonas bajas, que no pueden posponerse. La sensibilidad parece ser aún ajena a la vida pública en Sinaloa.

 

En cuanto al Covid-19, nadie puede predecir cuándo diremos que ya está bajo control. De que no se irá ya estamos convencidos y de que nos acompañará el resto de la vida es muy probable. Pero hay certeza de los daños que nos ha dejado, pero no vemos que ese conocimiento se traduzca en acciones desde la autoridad para atender a los sectores vulnerables que se quedaron sin empleo, que perdieron una parte de sus ingresos, sus casas, autos y cuyas deudas con hospitales y otras empresas comerciales los mantienen en una situación muy lamentable.

 

Ya se asoma la 4T en el estado de Sinaloa, con la nueva Legislatura que arranca el 1° de octubre y con el Gobierno de Rubén Rocha que iniciará labores el próximo 1° de noviembre. Junto a la emergencia que significan la pandemia y la crisis económica que la acompaña, estará también presente lo que hemos llamado crisis humanitaria: homicidios, desplazamientos y desapariciones forzadas. No es poca cosa, pues sólo habrá verdadera transformación si el respeto a la vida, a las libertades y al Estado de derecho se impone en todos los ámbitos de la vida. La buena voluntad que Rocha pueda tener no será suficiente, se requiere del concurso de los tres niveles de Gobierno y del apoyo popular. Vale.

 

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