columna oscar

Y ello se llama, en un caso, esperanza

y en el otro, incertidumbre del mañana.

Primo Levi

 

La pandemia profundiza pobreza y desigualdades. Para la CEPAL la pobreza en México dio un salto del 41.6 por ciento al 50.6 por ciento de la población, entre 2018 y 2020. Un incremento del 9 por ciento, en tanto en ese mismo lapso el ingreso por habitante cayó en un 10 por ciento. La pobreza extrema alcanzó, con un golpe descomunal, el 18.3 por ciento entre nuestros compatriotas el periodo mencionado. Más allá de las odiadas herencias del modelo económico, están los estragos de la pandemia y la recesión que nos persigue desde 2019.

 

El 15 de marzo, en la antigüedad romana se celebraba al dios Marte y se consideraba de buen augurio hacerlo, aunque le hayan quitado la vida a Julio César en esa prominente fecha. En la modernidad, en medio de las incertidumbres y esperanzas que nos deja el Covid-19 y las crisis económica, social y ecológica que se le empalman como su sombra en cielo del mes de mayo, todos anhelamos a que estos Idus (así se llamaban aquellas festividades) nos traigan buenas nuevas y esperanzas de salud. Que así sea, a pesar de la desesperante lentitud con que corre la aplicación de la vacuna.

 

Quienes andan muy preocupados y con mucha razón, son los desplazados por la violencia en todo el estado, pues ante las fiebres que despierta el proceso electoral 2021, hay un tsunami de solicitudes de licencias a puestos de representación popular y renuncias a responsabilidades administrativas a todos los niveles de gobierno, con el fin de buscar una nueva colocación en las elecciones del 6 de junio, aunque no hayan concluido su encargo actual. ¿Están en su derecho dejar inconclusa la gestión para la que protestaron ser fieles y que les demandáramos en caso de fallar? Sí, están en ese derecho, aunque las instituciones se vean en un verdadero galimatías, lo que implica una buena dosis de inmoralidad.

 

Veamos la situación lastimosa en que luce el Congreso del Estado, luego de que 26 de los 40 diputados solicitan licencia para buscar la reelección o algún otro puesto de elección popular. En teoría la Cámara local deberá enfrentar el trabajo del último periodo con los suplentes de los diputados que se van; pero resulta que también varios suplentes aspiran a que su nombre figure en las boletas electorales y no quieren protestar el cargo por los meses que restan a la presente Legislatura.

 

En el Ayuntamiento de Culiacán, entre licencias y renuncias hay al menos 21 casos, lo que pone en riesgo la gobernanza del municipio, pues comenzando con su presidente, la prioridad no fue concluir la administración como fue su compromiso, sino la búsqueda de la reelección. La continuidad de la gestión de los asuntos municipales recibe un fuerte golpe, pues los nuevos funcionarios inician funciones con el aprendizaje obligado y sin plenas facultades como los que fueron electos. La parálisis administrativa es un verdadero riesgo y los municipios no merecen este menosprecio de los que se van, pero pretendiendo quedarse. ¿Cuántos municipios están en esta situación?

 

Y en el Poder Ejecutivo las cosas no están mejores, sobre todo en relación a las áreas que atienden a la población más vulnerable, en particular a los desplazados por la violencia. Han renunciado a sus puestos el Secretario de Desarrollo Social, Ricardo Madrid y el Director de Vivienda, Salvador Reynosa, pues ambos se van en busca de un puesto de elección popular. ¿y en qué situación se quedan los programas y acuerdos tomados en las últimas reuniones entre estas instancias, los desplazados y las instituciones oficiales y de la sociedad civil que acompañamos los avances en materia de atención a desplazados?

 

Miguel Ángel Gutiérrez, dirigente de los grupos desplazados del sur de Sinaloa, resume en cinco puntos el drama que se vive hoy por los desplazados y pobres de las colonias en Mazatlán y Concordia: 1.-Quedó pendiente un viaje a la Ciudad de México para solicitar viviendas en SEDATU y CONAVI; 2.-Compromiso de avance en 50 viviendas de Mazatlán, hoy sólo se ve progreso en 25 de ellas, quedando pendientes la introducción de servicios básicos en dichas viviendas; 3.-Se lotificarían 202 fracciones de un terreno en Mazatlán, pero no hay avance alguno; 4.-Limpieza y lotificación para asignación de terrenos para vivienda en Villa Unión y Concordia; 5.-Inversión de 6 millones de pesos para compra de terrenos en Mazatlán para desplazados; y 5.-Inicio de contratación de un terreno de 120 lotes para familias pobres de Mazatlán, en el predio La Raqueta.

 

Como no hay quien dé la cara después de las renuncias mencionadas, los desplazados del sur se preguntan si el mismo Gobernador Quirino Ordaz Coppel será quien atienda los compromisos hechos con anterioridad; ya lo han visitado en las instalaciones de sus hoteles en Mazatlán y esperan que, en cumplimiento a la palabra empeñada, no haya necesidad de nuevas visitas. Nosotros también lo esperamos, pues ninguna coyuntura electoral puede mover compromisos con los sectores más golpeados por las crisis múltiples que vivimos, menos desparecerlos. Ojalá prevalezca el sentido común y la sensibilidad de quien sigue a la cabeza del Ejecutivo de Sinaloa (aunque huérfano de colaboradores) y no se incumpla con los compromisos. Vale.

 

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