columna oscar

 

El país es una mano abierta

Sus líneas

Signos de un alfabeto roto.

Octavio Paz

 

El frío no es impedimento para la lucha. Allí estaban obreros y obreras en la improvisada carpa donde sesionan desde que inició la huelga minera el pasado 25 de enero. La mañana estaba helada en ese cañón que desemboca en la planta de beneficio de la Américas Gold and Silver. Hasta las ruidosas guacamayas dilataron su algarabía mañanera en espera de que el sol trajera un poco de calor y espantara la helada que dejó la larga madrugada del jueves. En ese hermoso mosaico verde cosalteco que hace el entorno de la Reserva de Nuestra Señora, resalta como contraste el montículo que los obreros levantaron en homenaje a sus compañeros fallecidos en accidentes de trabajo y que remata una constelación de cruces y cascos de protección.

 

Allí recibieron a la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa y allí nació uno de los diálogos más significativos para entender la situación, problemas y esperanzas que viven los obreros de México, en especial los mineros. Tenían dudas sobre la naturaleza de una comisión de derechos y su relación con un movimiento laboral como el de ellos. Al presentarnos, también compartimos que los derechos económicos, en particular los laborales, son derechos humanos. Las reformas constitucionales del 10 de junio de 2011, por fortuna, reiteran en toda su dimensión esa naturaleza, aunque las comisiones de derechos humanos oficiales sigan cerrando los ojos al respecto.

 

Las quejas y peticiones que documentamos en esa improvisada reunión dan material para escribir un libro y para pintar el mejor óleo de la tragedia que viven los trabajadores de los socavones y planta de beneficios de la Américas Gold and Silver, cuya María Luisa (el entorno de la Reserva de Nuestra Señora) no puede ser más contrastante: una constelación de verdes, de cantos multicolores de sus aves y de riquezas subterráneas bañadas de zinc, plomo, plata y oro.

 

Nos dijeron que el trato que reciben de los jefes de área y de los representantes de la empresa raya en la humillación. La dignidad humana pareciera no caber en las entrañas de la mina y quedarse en la boca del tiro justo antes de bajar al rico mundo subterráneo. Lo que se complementa, nos dijeron, con un equipo de seguridad obsoleto. Vimos esos cascos deteriorados, no pocos con varios años de antigüedad, mismos que no conocen el término de vida útil. Uno de los obreros de la zona de triturados de la planta de beneficios, poniéndole humor a la ausencia de mejor equipo de protección para sus vías respiratorias, nos dice que cuando llega a casa y se suena la nariz le salen bolas del polvo que sueltan las rocas trituradas. Que teme que un día la empresa le cobre por esos residuos que contienen minerales y los desecha fuera de la planta. Algo similar resulta cuando se lava la cara.

 

Otro trabajador se queja de haber perdido el 80 por ciento de la capacidad visual de su ojo izquierdo en un accidente de trabajo en la planta beneficiadora. No hubo ni la atención inmediata ni la calidad que el caso demandaba. Él costeó los gastos de una operación particular, pues la seguridad social es otro grave problema. Están afiliados al IMSS y esta institución tiene una clínica que sólo da consultas, no más. Hay 2 mil 500 afiliados al Seguro Social en Cosalá y cuenta nomás con dos médicos: uno para el turno matutino y otro par el vespertino. Atienden 12 pacientes en cada turno de lunes a viernes. No hay servicio sábado y domingo. Una enfermedad o accidente de trabajo fuera de horarios y en fin de semana es un asunto del trabajador, donde ni el IMSS ni la empresa toman su responsabilidad.

 

Y cuando alcanzan cita médica no dejan de presentarse problemas como el siguiente: dos obreros tenían a dos hijos enfermos cada uno (en diferentes días y turnos). El médico les dijo que sólo podía atender a uno de ellos y al otro no. Un obrero optó por retirarse y el otro fue insistente hasta que le atendieron a los dos.

 

Un problema crucial es el respeto al contrato colectivo y el reconocimiento al nuevo sindicato, ese que dirige el senador Napoleón Gómez Urrutia, pues denuncian que la sección sindical afiliada a la CTM resultó un sindicato blanco, cuyo cordón umbilical está en las oficinas y la chequera de la Américas Gold and Silver. Allí está la huelga en medio de un hermoso mundo lleno de tonalidades verdes y en el silencio en que duermen las máquinas de la planta beneficiadora porque hay un movimiento de brazos caídos. El frío no es obstáculo para mantenerse en pie de lucha. Las fogatas que se encienden por las noches en ese cañón reviven las viejas y conocidas historia de la región y se salpican con un nuevo elemento en la narrativa local: la historia que se escribe con ese movimiento y la esperanza que resulta de esos afanes.

 

Allí está la huelga y las presiones no han faltado, ni de parte de la empresa ni de algunos comerciantes de Cosalá y de los gondoleros de la mina. Allí están esos obreros en lucha en espera de la urgente y necesaria solidaridad de todos nosotros. Vale.

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Twitter @Oscar_Loza