columna joseluis1° de 2 partes

Hace apenas un año y medio, la “alianza federalista” que construyeron un grupo de gobernadores, todos de oposición al gobierno de AMLO, quienes ocupaban espacios relevantes en todos los medios y eran caja de resonancia política del PRI, PAN y PRD contra López Obrador, que en la campaña del 2021 fueron desplazados por la coalición “va por México” y con la derrota en las gubernaturas de once estados por esta coalición, prácticamente la “alianza federalista” desapareció, ciertamente por el desmantelamiento de sus gubernaturas, pero no porque sus razones y demandas hayan sido satisfechas.

 

Lo fundamental que proponían los gobernadores que la integraban era la reivindicación de un nuevo federalismo que disminuyera el centralismo del gobierno federal, se mejorara para estados y municipios la recaudación fiscal y se les asignaran mayores potestades y competencias, para lo que proponían atacar la disfuncionalidad del federalismo mediante un nuevo pacto federal para una redistribución del poder, los recursos fiscales, los derechos y competencias.

 

El debate pretendía ser integral y de fondo, empezando por modificar la fórmula de repartición del ingreso fiscal, de tal manera que el 80% que se concentra en la federación, y el 20% que va a estados y municipios, cambiara gradualmente hasta un nivel de una relación 60-40, mediante una convención entre estados y federación, para discutir todos los temas.

 

No sucedió nada, bueno, sí ocurrió algo, muy pronto el gobierno federal se abrogó mayores potestades y competencias, volviendo a concentra facultades que ya se habían desconcentrado a estados y municipios, como ocurrió con la creación del “ramo 33” en 1997, y que ahora todo lo que se había alcanzado con esta estrategia de programas, volvió a manos de la federación, convirtiendo al ejecutivo federal en un poder superior al que ya existía en 2018, cuando llegó MORENA y AMLO.

 

Después de esta frustrada experiencia de la “alianza federalista”, todos los gobernadores se reintegraron a la CONAGO, creada el 2002, y desde entonces es “letra muerta” en la opinión pública y no se diga en las acciones.

 

Los gobernadores hoy en día son gobiernos de acompañamiento del presidente de la república, quien ha convertido su mandato en una verdadera autocracia, que pretenden sus pares en los estados, los gobernadores, replicar en fondo y en forma, como si existiera un mimetismo funcional imbuido de ideología y posiciones políticas, como también de funcionamiento y prácticas de los funcionarios.

 

Por eso no es casual que críticos que se han desgranado al gobierno de Rubén Rocha en Sinaloa, de que muchos funcionarios son ineficientes e incapaces y lo que creo es que existe una lectura incorrecta del fenómeno, porque el gobierno es una estructura con funciones específicas y cadenas de mando que no trabajan de acuerdo a sus decisiones, porque están centralizados y dependen de una sola persona que asume todo y decide todo, más aún en un gobierno y una fuerza política que se creen los portadores de la verdad absoluta y la solución a todos los problemas, pues eso eleva el funcionamiento autocrático.

 

En el gobierno de Rubén Rocha existe mucha gente con valores, capacidades, aptitudes y visión, el problema no está en que no sepan qué hacer, sino qué tanto los dejarán hacer o hasta dónde son capaces de tener iniciativas, creatividad y disposición a impulsarlos, porque eso es lo único que los puede destacar y sacar del cliché de “ineptos”.

 

Los invito a compartir la mesa de análisis político que dirige el Dr. Héctor Muñoz los lunes, miércoles y viernes a las 6:30 de la tarde, con la participación de los analistas Fernando Camacho, Leonel Solís, Oswaldo Villaseñor y un servidor. Los esperamos en Facebook dr hector muñoz

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