columna joseluisHéctor Melesio Cuén, secretario de salud del gobierno de Sinaloa, es reconocido activo político de primer nivel y además un académico profesional que hoy se encuentra ante el dilema de la crisis sanitaria del COVID-19, con un sistema de salud deteriorado y sumamente insuficiente, y por otro lado las debilidades institucionales del gobierno estatal ante los retos de las demandas de salud de la población sinaloense.

 

La verdad es difícil esta situación, y que no tiene más alternativa que enfrentar esta crisis para lo que deberá definir una estrategia para todo el sexenio de Rubén Rocha, que permita poner de pie de nuevo al sistema de salud sinaloense.

 

Ningún funcionario del gobierno estatal, con excepción del gobernador Rubén Rocha, está exento de dejar su cargo en cualquier momento, pero todos están obligados a definir la estrategia que les corresponda a cada quien, como se supone se reflejará en el plan estatal de desarrollo a publicar en algunas semanas.

 

La inestabilidad de la secretaría de salud presenta tres predicamentos: La indefinición e incertidumbre que transmite el sistema nacional de salud; El rol del ejército y otros organismos, como el IMSS, que superan en los hechos a la secretaría de salud; Y tercero, la debilidad presupuestal del gobierno estatal que no rebasa el gasto operativo del sistema en un contexto de crisis y pandemia.

 

Un claro ejemplo de ese contexto en el que se desenvuelve la secretaría de salud sinaloense se refleja en la reciente visita de Marcos Bucio, secretario general del IMSS, para concentrar al IMSS el sistema de salud sinaloense, como si el IMSS brillara como institución con sus servicios de todo tipo, al que pretenden incorporar más de 300 centros de salud y hospitales, que actualmente son responsabilidad de la secretaría de salud del gobierno de Sinaloa.

 

El primer paso ha consistido en incorporar el hospital del Carrizo, el hospital pediátrico de Culiacán y el hospital general también de la capital, un proceso acelerado en el que casi cien funcionarios del IMSS ya se abocan desde la Ciudad de México.

 

Acto que resulta sorprendente, cuando el proceso apenas empieza al ser el tercer estado en el país que inicia esta operación, que como en varias acciones más el pronóstico es de fracaso, por la simple razón de la ausencia de diálogo y evaluación conjunta con el gobierno de Sinaloa, lo que de entrada ese avasallamiento es una debilidad, desde el ángulo que se le quiera ver, incluso de atropello, de lo que es difícil pueda resultar algo positivo.

 

Por lo que me parece que esa debiera ser la premisa básica de esa estrategia del gobierno estatal, y si van a permitir que esa política nacional la acepten incondicionalmente, subordinados sin hacer valer ni un ápice la soberanía estatal y su peso específico en el pacto federal.

 

Las condiciones hoy en día del secretario Héctor Melesio Cuén no son de carácter estrictamente personal, se trata de qué proyecto de saludo tiene el gobierno sinaloense, qué negociación ha tenido al respecto con el gobierno federal, y cómo pretenden aplicar esos cambios y qué beneficios pretenden, por aguantar que haga lo que quiere el gobierno federal, es simplemente dejar hacer, dejar pasar y quién sabe qué vaya a resultar.

 

Los predicamentos de las instituciones de salud están a la vista, ante la crisis ¿Qué hará el gobierno estatal?

 

Los invito a compartir la mesa de análisis político que dirige el Dr. Héctor Muñoz los lunes, miércoles y viernes a las 6:30 de la tarde, con la participación de los analistas Fernando Camacho, Leonel Solís y un servidor. Los esperamos en Facebook dr hector muñoz

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