En muy pocos días muchas cosas se han dicho del gobierno de Rubén Rocha y cada día el tono de las opiniones se va modificando por quienes, desde la óptica del fracaso electoral, asumen que ya el nuevo gobierno camina a la ingobernabilidad y quién sabe en cuantas semanas más, digan que ya está en la completa debacle.
Porque la tendencia de ese enfoque es esa, y si la realidad no se constituye así, como decía el otro, “peor para la realidad”.
Visualizando el gobierno de Rubén Rocha en tres semanas cumplidas, para empezar, es un tiempo tan breve que es imposible que entre tan rápido en una crisis de las dimensiones que ya dibujan quienes quisieran el triunfo electoral del PRI.
Es cierto que en general la 4T a nivel nacional ha tenido cada funcionario desde el 2018, tanto que aquí en Sinaloa han hecho historia “El Químico” Benítez, Jesús Estrada Ferreiro y “El Billy” Chapman, que se convirtieron en estigmas de MORENA, tanto por sus malos gobiernos como por su desprestigio, y que lamentablemente gobernaban el 80% del estado.
Ahora, de nuevo, con la reelección del Químico y de Estrada Ferreiro, la historia se repite y aún sin calentar la silla, son ya motivo de escándalos y comportamientos nada institucionales, el primero desconociendo sus compromisos con el PAS y el segundo implorando que su padrino político lo saque de sus atolladeros, al mismo tiempo que amenaza con que lo linchen los viejitos de Culiacán.
En el caso de “El Químico” Benítez, el PAS ya le dio chanza de que ponga a quien quiera en la administración municipal, y en el caso de Estrada Ferreiro veremos si le “jala la cola al perro” quitándole los descuentos en el impuesto predial urbano a los adultos mayores y ver qué tanto aguanta en su capricho.
Después de esas dos cosas, está el caso de la consulta en Ahome, que chueca y todo saldrá el día 28 y quién sabe para qué servirá, pero no habrá conflicto mayor.
Y lo que ya bulle en todos los municipios es la crisis financiera de diciembre, que ya viven todos los municipios, que quizá sea el problema más fácil que se puede resolver con algunos préstamos o adelantos de las participaciones federales, pero no será problema mayor.
La carreta de Rubén Rocha apenas empieza a rodar, y si bien existen interesados en que se vuelque lo más pronto posible, aún le faltan varias carreras sin riesgos, pero si se requiere trabajar políticamente más y tener resultados rápidos en la mayoría de las dependencias. Es factible.