columna jose luis lopez duarte

Algo que ha debido ser estudiado a profundidad por los diputados de Sinaloa, como lo es convertir en municipios las sindicaturas de Eldorado y Juan José Ríos, aparece como un simple acto político, cuando desde el origen de reivindicar las sindicaturas, por allá a mediados de 1993, el enfoque era “¿Cómo hacer justicia con esa población e integrarles al desarrollo?”.

Desde 1966, Don Enrique Peña Bátiz ya había planteado la necesidad de crear varios polos de desarrollo urbano por la manera en que venía dándose la migración y los nuevos asentamientos de acuerdo con la dinámica y estructura económica de Sinaloa, y específicamente de Culiacán. En aquel entonces expuso la posibilidad de tres polos nuevos para la región de Culiacán (centro), como podrían ser Quilá, Eldorado y Navolato.

Con el paso del tiempo, más cuando se abrieron los distritos de riego que establecieron los nuevos sistemas de irrigación agrícola, que aceleró la migración de los altos de Sinaloa, de otros estados y elevó la actividad económica agrícola e industrial, hizo que crecieran y surgieran asentamientos que al paso del tiempo se convertirían en ciudades, anárquicas precisamente por aquella ausencia de planeación que adelantaba Don Enrique.

Vimos al paso de los años ese crecimiento y así surgieron comunidades como la de El Carrizo, Juan José Ríos, Cortínez y Batamote, Pericos, Villa Juárez, La Cruz de Elota, La Reforma y Villa Unión, al mismo tiempo que se consolidaban comunidades históricas con Ahome, San Blas y Eldorado.

Así surgió a principios de los noventas con Francisco Labastida el impuesto predial rústico (uno por ciento del valor de la producción rural) que sería aplicado en sus zonas de origen y que, desde entonces, fue su principal fuente de inversión pública.

Después, en el sexenio de Juan S. Millán se aplicó una política de modernización carretera para fortalecer las comunicaciones con el programa más ambicioso que se conozca de carreteras interiores, como también lo había hecho Renato Vega con la modernización de las interconexiones eléctricas que provocaban apagones recurrentes en esas zonas rurales.

Al mismo tiempo que se daba una efervescencia por nuevos municipios por lo menos en siete sindicaturas (San Blas en el Fuerte, Juan José Ríos en Ahome y Guasave, Pericos en Mocorito, Eldorado, Costa Rica y Quilá en Culiacán y Villa Unión en Mazatlán), en donde hubo comités, manifestaciones y firmas exigiendo ese derecho que fue ignorado y apagado por el tiempo.

A ellos había sobrevivido el de Culiacán y el de Guasave, quedando al final sólo el de Eldorado y ya sin Quilá y Costa Rica, movido siempre por un incansable comité de ciudadanos que nunca cejó en su empeño, incluso hasta quedarse solo.

Lamentablemente, este movimiento que inició Don Enrique Peña Bátiz, como su proyecto cuando quiso ser presidente municipal en 1965, que luego continuó en 1993 con la autonomía política que se le dio a sindicaturas y comisarías al establecerse la elección directa, universal y secreta de sus autoridades y que luego evolucionó a la posibilidad de ser municipios, no lo entendieron los diputados ni antes ni ahora y todo se movió en la politización y no en la solución a problemas del desarrollo de nuestra sociedad.

¿Quiénes son las sindicaturas y zonas más necesarias y viables para ser nuevos municipios? En la actualidad lo es Pericos, como lo fueron en su momento Guamúchil y Angostura, que como dijeran los mocoritenses a principios del siglo XX, “si el ferrocarril pasa a más de diez leguas de Mocorito, será nuestra muerte económica”, y así sucedió, quedándoles solo Pericos y Melchor Ocampo a más de 70 kilómetros de la cabecera. También lo es El Carrizo y San Blas, por la misma circunstancia.

Un caso especial, sin duda, es la onda expansiva migratoria que significa Villa Juárez en Navolato, que ya suma más de cien mil habitantes y que cada año, de los trabajadores que vienen a la colecta de hortalizas, un promedio de dos mil se quedan a vivir y lo hacen como sea. El viejo nudo de drenes que era Campo Gobierno es hoy por hoy el centro de población de más alta densidad de Sinaloa ¿Harán algo los diputados?