Sin duda ha sido un acierto de MORENA su convocatoria para candidatos a presidentes municipales, diputados locales y regidores, que ha abierto a su militancia y ciudadanía, lo que ha producido cientos de hombres y mujeres aspirantes a una posición, que ahora casi todos le auguran una reyerta de pronósticos reservados y el desprestigio natural que ello acarrea.
Lo hecho por MORENA de convocar abiertamente tiene mucho de positivo que debe ser ponderado por todos, pero más por los integrantes del mismo partido, porque han hecho lo que no hizo la coalición PRI, PAN y PRD, que se había comprometido a una apertura plena, resultando un acierto que deben cuidar, como les ocurrió en la primera ronda cuando nominaron a su precandidato a gobernador.
Son más de cien precandidatos los que se registraron para presidentes municipales en la convocatoria que se cerró el pasado domingo siete de enero, a lo que le van a seguir los inscritos a diputados, que se cerrará el próximo domingo 14 y luego le seguirán los inscritos a regidores que culminará allá a fines de febrero, donde el resultado según será el de varios cientos de expedientes presentados.
Esta apertura y voluntad política se pueden ir al traste y resultar un fracaso si no prevalece la mesura, la concordia y para eso será importante la transparencia y los diálogos con quien se inconforme.
De entrada no pinta bien que se den expresiones como las de la diputada Graciela Domínguez Nava en contra de Gerardo Vargas Landeros, a quien no pueden estar golpeteando porque para empezar tiene los mismos derechos políticos que los demás y de manera cierta, una presencia política mayor que la de muchos, que como quiera que sea, es un juego democrático en el que se han inscrito al que apuesta MORENA y lo que resulta habrá que reconocerlo.
MORENA también debe entender la lógica de los demás partidos, particularmente lo que representa la coalición PRI, PAN y PRD que le disputarán todo, desde la gubernatura hasta las regidurías y cada error que cometan los va a fortalecer.
Como también, mucho daño les hace la carencia de un discurso elaborado y sustentado localmente, porque si bien es cierto se apoyarán en la fortaleza de su proyecto nacional, también es cierto que eso no les bastará, e incluso las debilidades nacionales, si no son capaces por sí mismas, serán más evidentes y contundentes en su contra.
En la vida como en la política, las verdades absolutas no existen y buena medida siempre ha servido de pretextos. Los argumentos de un candidato siempre deben sustentarse y, lo más importante, demostrar que son viables y de interés para la mayoría de la sociedad.
Construir una plataforma de candidatos como lo viene haciendo MORENA es muy complicado y si a eso le agregan intolerancia, soberbia, cretinismo y patrimonialismo, buscando lo negro y lo blanco, se puede convertir en una locura que sería muy difícil sanar.
Y así, lo que perdió la coalición PRI, PAN y PRD en la centralización y verticalismo en el nombramiento de sus precandidatos, lo pueden recuperar si MORENA también se equivoca.