Quienes estén pensando, sobre todo en el gobierno estatal y los municipios serranos, de que hasta marzo y abril van a empezar las sequías en Sinaloa y con ellas los programas de emergencia ¡Qué equivocados están! Y qué errores van a cometer.
El fenómeno de La Niña ya se configuró este verano con escasas lluvias en Sinaloa y de acuerdo con los meteorólogos, se empezará a concretar este próximo periodo de estío que llega con el invierno, precisamente por las escasas lluvias este verano del 2020 que prácticamente ya le han dado en la torre a los temporaleros y no se diga a los ganaderos de los altos, los más pobres.
La cosecha de cacahuate está resultando prácticamente sin alcanzar los costos de producción, cuando cosechan 600 kilos por hectárea y debieran ser mínimo 1200, los garbanzos solo van a fructificar en zonas de riego, los temporaleros ni tendrán oportunidad, el ajonjolí y el cártamo por el estilo y al zorgo le espera lo mismo. En síntesis lo que viene será peor.
Hay dos fenómenos simultáneos que se deben enfrentar. En los altos no hay pastizales ya, la gente está comprando alfalfa, lo que hacía hasta febrero y marzo, los mantos freáticos se retiran aceleradamente y las perforaciones no dan agua ni para tomar, y lo más grave por eso mismo es que muy pronto no habrá agua para uso humano, menos obviamente para ganado.
Los programas gubernamentales que tradicionalmente empiezan por allá en marzo, es urgente que el gobernador y los presidente municipales de los nueve municipios alteños se aboquen de inmediato y levanten los diagnósticos de la situación para que elaboren sus programas correspondientes de auxilio, protección y estímulos económicos para que tengan agua, no mueran sus animales, tengan qué comer y la gente sacie su sed.
¿Qué podrán hacer? Si quieren, muchas cosas, pero si toman las cosas como acostumbran ¡Nada! Por lo que creo que debemos insistirles las obligaciones que tienen y deben cumplir, no importa de donde saquen el dinero, incluso pueden pedir prestado, pero denle una respuesta a sus pueblos.
Y a propósito, con tanto candidato que pulula por todos lados, ojalá más de uno se acuerde que existe el “Sinaloa de los altos”, como decía el viejo Calderón, no el Calderón del PAN, sino el de Calabacillas que fue gobernador de Sinaloa y gran promotor del encuentro de la costa con los altos cuando fue gobernador.