Desde la reunión de la CONAGO en San Luis Potosí el día 20 de agosto con la presencia del presidente López Obrador, los gobernadores de la “Alianza Federalista” (diez estados), advirtieron que de no haber perspectivas favorables para su programa de presupuestos en la relación de los estados con la federación considerarían ineficaz la CONAGO y se separarían de ella, decisión que adoptarían en 15 días.
Apenas pasó una semana de aquella reunión y los gobernadores de la alianza han resuelto, sin esperar más, terminar con el ciclo de la CONAGO por considerar un espacio de simulaciones donde no se resuelve nada.
Tanto Javier Corral como Silvano Aureoles, gobernadores de Chihuahua y Michoacán respectivamente, han considerado que en la reunión semanal que sostienen los diez gobernadores de la “Alianza Federalista”, este 7 de septiembre discutirán tal medida y se concentrarán en trabajar para un nuevo pacto fiscal, más ahora que saben el diagnóstico económico de la secretaría de hacienda de que la crisis continuará intensa, que el gobierno federal desde abril se había agotado el fondo de estabilización, que disminuirán los ingresos petroleros y que los estados verán reducidas sus participaciones de parte de la federación.
Los gobernadores de la alianza están previendo que les irá peor y sufrirán mucho más para el 2021 si no detienen al gobierno federal en su política centralista y lo obligan a una distribución más justa de los impuestos federales.
El ánimo de los gobernadores se está encendiendo, además por la forma en que los trata el presidente de la república y lo que pretende hacer de convertirles el 2021 en sus peones electorales a su favor.
Las respuestas que han dado los gobernadores Francisco Domínguez de Querétaro, Jaime Rodríguez “El Bronco” de Nuevo León y Francisco Javier García Cabeza de Vaca de Tamaulipas, son testimonios de posicionamientos ante una presidencia de la república que en la relación fiscal e institucional no difiere en nada a las anteriores y hasta se podría afirmar que el acendrado culto a la personalidad, con otros matices, se ha envanecido aún más.
Es muy poco el tiempo que tienen los gobernadores para construir un escenario a su favor porque el presupuesto 2021 se decretará por allá en noviembre, pero pueden hacer algo muy importante: Prender la mecha.
Sí, prender la mecha de un movimiento anticentralista mucho mayor, por la sencilla razón que no serán solo ellos quienes sufran el castigo del fisco federal, sino las 32 entidades verán reducidos sus ingresos significativamente.
Nada más piense usted, si el ingreso fiscal en 2020 se calcula por hacienda que caerán en 26 mil millones de dólares ¿Cuánto cree usted que caerá en 2021? Quizá algo más también porque la normalidad económica no existirá por lo menos en los próximos diez meses, lo que amenaza también a que el 2022 también ya se considere perdido, no solo el 2021.
Si lograran los gobernadores “prender esa mecha” sería seguramente el movimiento más importante para contrapesar la política de la 4T y poder lograr alguna negociación.
No es difícil presagiar lo que va a ocurrir, como ya lo adelantó el secretario de hacienda Arturo Herrera: No hay dinero, vamos a una quiebra y lo que se capte será para los proyectos de AMLO.
Los demás tendrán que luchar y esa es la oportunidad de la “Alianza Federalista”, construir en todo el territorio nacional desde ahora un movimiento contra el centralismo, el presidencialismo y el despotismo institucionalizado.