columna joseluisEn memoria de Rafael Oceguera Ramos, amigo y compañero en la LIV Legislatura, expresamos nuestro más sentido pésame. Su partida deja un vacío inigualable en quienes tuvimos el honor de conocerlo. En este triste adiós, extendemos nuestra solidaridad a su familia y amigos en estos momentos difíciles. Descanse en paz.

 

Este domingo 8 de junio, Jesús Madueña Molina, rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), rendirá su cuarto informe de labores y tomará protesta para un nuevo periodo rectoral 2025-2029. Este acto el inicio de su último ciclo como líder institucional de la máxima casa de estudios sinaloense, sino que también será un momento crucial para reflexionar sobre los logros y desafíos que ha enfrentado la institución durante su gestión.

 

La autonomía universitaria, un principio fundamental para cualquier institución educativa, vivió una de sus peores amenazas en los últimos 40 años. Las intenciones de subordinación del gobierno en turno generaron un clima de incertidumbre que puso en riesgo la libertad de cátedra, el autogobierno y la autoadministración de la UAS. Sin embargo, la resistencia de estudiantes, académicos y personal administrativo se convirtió en un baluarte contra estos intentos de control. Fue gracias a la destacada fortaleza y liderazgo de Jesús Madueña que la comunidad universitaria se unió para salvaguardar sus principios fundamentales.

 

Los dos años de lucha por la defensa de la autonomía universitaria dejaron huellas profundas en la conciencia colectiva de la UAS. Momentos álgidos, episodios de resistencia y unidad marcaron un periodo histórico que ha permitido que la universidad se consolide no solo como un referente académico y cultural, sino también como una entidad capaz de competir con las mejores instituciones de educación superior en el país. Hoy la UAS resplandece con la libertad que otorga la autonomía, abriendo sus alas para cumplir los sueños de los jóvenes sinaloenses y desarrollar mejores condiciones para la sociedad en su conjunto.

 

No obstante, el camino hacia adelante está lleno de retos. El contexto actual, marcado por la inseguridad y la violencia, exige un compromiso renovado por parte de la UAS. Para romper los techos que limitan nuestras metas, debemos enfrentar un mundo cada vez más complejo y una dinámica social cada vez más intensa. La coyuntura económica y política plantea un panorama incierto, donde la universidad tiene que jugar un papel crucial sin desviarse de su misión fundamental.

 

El avance de la UAS en este marco de incertidumbre debe estar acompañado de una profunda convicción de que es posible y necesario avanzar. En este sentido, superar el déficit financiero histórico se presenta como un reto monumental e ineludible. Las limitaciones presupuestales impuestas por el gobierno, sumadas a decisiones erróneas del pasado, han dejado a la institución en una situación vulnerable. Abordar este problema requiere una visión integral y reformista que contemple no solo la sostenibilidad financiera, sino también la calidad académica.

 

Preservar el bachillerato de la UAS como insignia nacional representa otro desafío significativo. La institución debe elevar su manejo de la tecnología y los idiomas, convirtiendo su oferta educativa en una doble vertiente: un bachillerato propedéutico y uno terminal. Además, integrar la cultura, el deporte y la recreación como actividades curriculares con valor académico permitirá enriquecer la formación integral de los estudiantes.

 

En conclusión, el periodo que se avecina es de suma importancia para la UAS. Con la certeza de que la autonomía es un pilar indiscutible, la comunidad universitaria debe estar preparada para afrontar los desafíos estructurales y fortalecer su papel en la sociedad. La perspectiva es alentadora, pero requiere de un esfuerzo constante y de la participación activa de todos los actores involucrados. Mañana seguimos adelante.