columna joseluisHubo un tiempo en que había una empresa de Culiacán, cuando apenas llega la expansión del sindicalismo, por allá en los años 70´s del siglo pasado y empezaban a organizarse los trabajadores, en esa empresa se llegó hasta el emplazamiento a huelga por el registro sindical y el día que estallaría la huelga, el promotor y líder sindical no se presentó, lo que aborto el movimiento y a los trabajadores no les quedo más que entrar a trabajar a la fábrica.

 

Por la tarde, después de la salida de la chamba, fueron a la casa del “líder” y en bola le pedían explicación y mudo como se quedó, uno de los trabajadores, con la rabia a flor de piel le espeto “te vendiste cabrón, te vendiste” “no, no me vendí” respondió el cínico, pues explica le repitió más enojado, “me compraron”, respondió y la bola se le dejo ir encima hasta que su esposa lo rescato.

 

Así están algunos periodistas y comunicadores, que después del conflicto de la UAS con el gobierno, la conciliación y los acuerdos no fueron de su agrado y como los más “interesados” y “preocupados”, se han lanzado en contra de los acuerdos que han signado las partes y las mediaciones para finiquitar el conflicto.

 

Un procedimiento que la ley contempla para abreviar un juicio es la conciliación entre las partes, en obviedad del tiempo y las circunstancias, se acordó para subsanar los juicios penales hasta la absolución.

 

Como el acuerdo entre la UAS y el gobierno resulto impecable, buscaron a un tercero que pudieran cuestionar y por eso les gustaron los tribunales donde se desahogaban las denuncias contra la UAS y algunos de sus funcionarios.

 

Y como uno de los acuerdos fue entregar 10 millones de pesos por cada comité de compras de la UAS a la universidad, medida contemplada en el código procedimientos penales nacional, como propuesta que hace la defensa de los inculpados a la supuesta afectada (la UAS) y la propia fiscalía que acusa, deshaciéndose así la causa y razón del juicio.

 

Con ello el juez da un plazo de 5 meses para que se reúna la cantidad acordada, dinero que será depositado en una cuenta de la UAS y esta dispondrá el destino de su aplicación.

 

Se trataba de abreviar un juicio y la forma más practica y rápida de hacerlo, según las partes, fue eso en apego estricto a la ley.

 

Y como para algunos comunicadores y periodista resultaba muy inconveniente este acuerdo, como también el hecho de que durante casi dos años descalificaron, juzgaron y sentenciaron a la UAS como culpable y que no tenía ninguna defensa, resultaba demasiado el oprobio que les significaba este acuerdo de conciliación UAS-GOBIERNO, pues simplemente se han dedicado, como lo hicieron durante el conflicto, en atacar a la UAS y cobrar por sus campañas de ataques y algunos hasta chantajear con el infaltable “págame y no te pego”.

 

Fue un periodo degradante para muchos medios de comunicación y comunicadores que dieron rienda suelta a los apetitos más vulgares de la condición humana, tanto que algunos, después de que todo camina hacia la normalidad, regatean hasta lo imposible, que la UAS hayan sostenido impoluta la autonomía universitaria y que, a pesar de todo el daño sufrido por la centenaria institución, sus indicadores de calidad, eficiencia y productividad no solo se hayan mantenido, sino que se elevaron y apuntan a más todavía para el cierre del ciclo 24-25.

 

Por lo que estos comunicadores y periodistas no les quedara más que repetir la justificación del líder sindical “no me vendí, me compraron”.