El reacomodo permanente que ha tenido la administración del gobernador Rubén Rocha, se puede interpretar de mil maneras, pero lo que es indiscutible, es que se trabajó más para un proyecto político que para un programa de gobierno, más para acumular fuerza que para solucionar problemas de la sociedad, lo que de suyo no significa que sean contrapuestos si se manejan convenientemente, pero cuando se pierde de vista la sociedad y no se tiene idea de cómo enfrentar los problemas de la población, su economía y sus ciudades, solo refleja esa ambición: el poder político.
Así ocurrió cuando de los tres poderes de gobierno todos estaban bajo el control del gobernador y los poderes municipales, en teoría tenía casi todos, por que tres, los más importantes, eran gobernados desde hace 3 años atrás por quienes habían sido sus adversarios en la candidatura a gobernador por MORENA, Jesús Estrada Ferreiro y “el químico” Benítez, los presidentes municipales de Culiacán y Mazatlán respectivamente.
El caso del gobierno de Ahome con Gerardo Vargas Landeros, recién incorporado al gobierno con MORENA, por no ser afín al gobernador, también se le coloco casi en la misma tesitura que “el químico” y Estrada Ferreiro, por lo que para su fortuna apenas ingresaba y no tenía expediente y ni “cola” como el de Culiacán y el de Mazatlán.
No le toco a Gerardo Vargas aquella colecta de poder que realizo el gobernador para hacerse prácticamente de todo el poder en todos los poderes y niveles de gobierno.
“El Químico” y Estrada Ferreiro fueron desaforados, lo mismo que el secretario de salud Héctor Melesio Cuén Ojeda (DEP), la secretaria de bienestar, Ruth Diaz Gurria, salió huyendo de la jauría de MORENA que la ahogo, luego vino el secretario de seguridad, dos veces la secretaria de obras públicas ya en la campaña electoral el “Rochismo” extendió sus tentáculos políticos a las esferas federales enviando a la secretaria de educación Graciela Domínguez como diputada federal, al secretario general de gobierno Enrique Inzunza Cazares al Senado y Teresa Guerra dejo la secretaria de la mujer para hacerse cargo del congreso del estado como presidenta de la junta de coordinación política y también la secretaria de turismo, Estrella Palacios y el secretario de Agricultura Jaime Montes Salas que por fin se despidió del despacho.
Recientemente han dejado sus cargos el secretario de administración y finanzas Enrique Diaz y el secretario de economía Javier Gaxiola Coppel, más como decisiones propias de sus perspectivas políticas que ser parte de reacomodos en esa lógica de poder del “Rochismo”.
El reflejo de todos estos movimientos ha sido la búsqueda de concentrar todo el poder político del estado, cuestión que siempre tiene lógica por que de eso se trata la política, el problema del “Rochismo”, es que no ha sabido para que quiere ese poder, por que su desempeño a la mitad del sexenio, no es reflejo de esa gran fuerza que son, como ya lo comentaremos previo al tercer informe de gobierno que será el próximo 15 de noviembre.