columna joseluisTuve la suerte de acudir al 3er informe del rector de la UAS el pasado 7 de junio y como suele ocurrirnos a los viejos, llegamos antes, siendo así como me toco escuchar las entrevistas que hacían los conductores del canal de televisión de la UAS, y una de ellas, la que le hicieron al Dr. Cuauhtémoc Reyes Moreno, me llamo la atención por que anunciaba las investigaciones que ha realizado en el área de ciencias químicas y que el a encabezado, específicamente la fabricación de una harina de maíz altamente nutritiva e indispensable para apoyar la salud de los sinaloenses, específicamente los más pobres.

 

De todos es conocido las propiedades que contiene el maíz, tan rico y tan diverso, que se usa en la fabricación de miles de productos en varias industrias, siendo las más comunes, la textil, la farmacéutica y la energética.

 

Particularmente aquí en Sinaloa hemos experimentado dos fenómenos relacionados con esa riqueza del maíz, el primero fue la desaparición del cultivo de “la flor de cempasúchil”, que los productores sinaloenses, casi todos, instalados en “el valle del fuerte”, vieron un día que la flor de “cempasúchil”, ya no la demandaba la industria textil y que había sido sustituido por un derivado del maíz, más eficaz y más barato.

 

El otro fue la quiebra del cultivo de caña, producción de azúcar y los ingenios azucareros, al obtenerse del maíz la fructuosa y etanol, la primera para convertirla en el edulcorante número uno y el etanol desplazo al alcohol de caña.

 

Esos han sido dos experiencias muy notables en la vida agrícola e industrial de Sinaloa, inexplicable para muchos que desconocemos la riqueza enorme que posee el maíz y que precisamente, las investigaciones del Dr. Cuauhtémoc Reyes, a logrado transformar la riqueza inherente a las cualidades del maíz, para convertir la tradicional tortilla que consumimos en todos nuestros hogares, en un alimento con mayores propiedades que provoca elevar los sistema de defensa de la salud y fortalece el desarrollo integral de las personas.

 

El proceso de investigaciones que han realizado el equipo del Dr. Cuauhtémoc Reyes a sido largo y tortuoso, como casi todos los trabajos de nuestros científicos, que en pocos y resumidas palabras, consistió en observar que todos los maíces tienen una deficiencia nutricional, carecen de un aminoácido esencial, lisina.

 

Es especial por que el organismo humano no lo produce y se le tiene que proporcionar por otros alimentos, como el frijol, el garbanzo, lentejas, habas y chicharos, que son ricos en lisina que, al mezclarse con el maíz, convierte la tortilla en un alimento mucho más nutritivo que la que tradicionalmente llega a nuestras mesas.

 

Fue así como se ha elaborado una tortilla de maíz enriquecida que reduce la desnutrición y la incidencia de enfermedades crónico – degenerativas.

 

Este esfuerzo de investigación que ya está concluido, ese 7 de junio, el Dr. Reyes Moreno, lo puso en disposición de los gobiernos estatales y municipales que pueden ya iniciar programas de combate en la desnutrición y en general a mejorar la dieta de la población que vive la pobreza.

 

El maíz ha traído muchos beneficios a Sinaloa, así como algunos efectos colaterales que se deben corregir por supuesto, como son el enorme desperdicio de agua en su cultivo y el extraordinario uso de fertilizante químico, pero este esfuerzo de investigaciones de ciencias químicas de la UAS, debe aplicarse hasta como un plan piloto que bien puede ser un programa nacional del gobierno de la república.