De vincular a proceso y establecer la medida cautelar de separar al rector del cargo o declararlo inocente es la disyuntiva en que la balanza de la justicia sinaloense hoy estará decidiendo, después de que ayer se desahogaron las pruebas de acusación de la fiscalía, sobre el escándalo que creo el gobernador de “los 18 millones de pesos en tortillas” y este jueves, la defensa universitaria combatirá dichas acusaciones para luego, emitir el juez su fallo.
Los abogados, los inculpados y la comunidad universitaria, después de haber seguido este largo proceso que se ha distinguido por ser materialmente una persecución política de Rubén Rocha Moya, con el propósito de apoderarse de las UAS, están convencidos que la razón legal, moral, y política les favorecen les asiste y que hoy, debiera ser mera rutina un fallo de absolución.
Sin embargo, como los dados del juego legal están cargados por el gobierno para que, a toda costa, el juez de la “causa” los impute a proceso y les establezca medidas cautelares, la absolución, es un fallo poco probable por la sencilla razón, de que, con él, como castillo de naipes, caería todo el tinglado político que han montado el gobernador del estado, que arranco con la armonización de la ley de educación de Sinaloa a la ley de educación federal decretado el 2021, cuando flagrantemente, los diputados de MORENA, el PRI y el PAN en el congreso del estado, votaron un decreto violatorio al artículo 3° constitucional fracción 7ª y que días después firmo el gobernador y público en el diario oficial del estado de Sinaloa convirtiéndose en cómplice de dicha anticonstitucionalidad.
Con ello el gobernador ha jugado su basa al todo o nada, a apoderarse de la UAS o perder su gobierno y eso, obviamente era un juego político indeseable para todos, pero que la ambición de poder del gobernador, no considerando el riesgo de que su gobierno fracase y que el estado entre en la incertidumbre decidió jugar, pudiendo llegar en un descuido mayor, hasta la ingobernabilidad.
El frenesí que ha mostrado el gobernador del estado, pareciera que no entiende nada y nadie lo detendrá, por lo que considero, que, bajo la lógica de esos razonamientos políticos pasionales, es factible, con la manipulación que han hecho de la fiscalía y del juez Adán Alberto Salazar, que si vincularan al rector Jesús Madueña Molina a proceso y le dictara como medida quitarle el cargo de rector de la UAS.
Un fallo de ese tipo sería una locura judicial porque sería totalmente injusto e ilegal, fallo que muy pronto la justicia federal echaría abajo y pondría al desnudo el sistema de justicia sinaloense, de profunda colusión y corrupción, desde el poder mismo del estado.
Pero ello tiene su lógica bajo la estrategia fundada en la “teoría del caos” y el poder absoluto que está corrompiendo todo, con el gobernador Rubén Rocha al frente, por lo que sería lógico que el juez, como lo hizo todo el proceso la fiscalía del estado, se coluda hasta el final con ellos, fallando en contra del rector Madueña y el resto de funcionarios sancionados por la fiscalía estatal.
Yo no abrigo esperanzas en el juez por contundentes que sean las pruebas y argumentos legales de la defensa del rector y su equipo, por la simple razón de que toda su conducta en el proceso, ha sido de incondicionalidad, sumisión y allanamiento de su voluntad a la del gobernador.
Ojalá, dios quiera y me equivoque, pero un fallo distinto seria la quiebra política del gobierno Rochista y ese “harakiri” no se lo van a hacer. Creo.