columna jorge luis telles circularA diferencia de lo hecho por el gobernador Antonio Toledo Corro en 1981, Rubén Rocha Moya no congelará el subsidio a la Universidad Autónoma de Sinaloa como represalia por las manifestaciones en su contra; antes bien, garantizó la cobertura total y oportuna de los sueldos de todos los trabajadores, así como primas vacacionales, aguinaldos y todas las prestaciones correspondientes.

 

En aquel ya muy lejano año de 1981, la UAS -y entre los activistas más importantes figuraba precisamente el actual gobernador- defendía sus escuelas preparatorias, frente al intento del Estado (a iniciativa del entonces presidente José López Portillo) de eliminar el bachillerato de la Universidad, lo que implicaba, dicho sea de paso, una reducción considerable al presupuesto anual de la institución.

 

Lo de las imponentes manifestaciones por las calles de Culiacán- con el rector Jorge Medina Viedas al frente - es una historia sobradamente contada y a las que Toledo Corro reaccionó con una suspensión al subsidio como una estrategia para neutralizar el movimiento, lo que derivó en la falta de pagos a los trabajadores de la UAS, por concepto de sueldos y salarios, hasta por seis meses, si mal no recordamos.

 

Frente a esa drástica medida, los trabajadores universitarios reaccionaron estoicamente y como a final de cuentas ganaron el movimiento, a mediados de diciembre pudieron cobrar los salarios retenidos.

 

La historia de hoy tiene algunas coincidencias, en efecto; pero en el fondo es sustancialmente diferente.

 

Evidentemente al gobernador Rocha no le hicieron gracia las manifestaciones del pasado fin de semana organizadas de manera coordinada por el PAS y la UAS; sin embargo, con todo y ello adelantó que las prestaciones de los universitarios, incluido el aguinaldo, estaban aseguradas a menos que:

 

-No se las vayan a robar, antes de que lleguen al bolsillo de los trabajadores.

 

Explicó brevemente:

 

-Si porque el dinero se les deposita con toda oportunidad; pero extrañamente nunca les alcanza y siempre andan pidiendo adelantos o préstamos al gobierno para el pago de los aguinaldos.

 

Qué tal?

 

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Y bueno

 

En estas condiciones y por ser objeto de alusiones personales, es que el gobernador tocó en su conferencia semanera el tema de las movilizaciones del pasado fin de semana, en las que se le acusó, de nueva cuenta, de violar la autonomía universitaria y de emprender una persecución política en contra de sus principales dirigentes; entre ellos el rector actual, Jesús Madueña Molina y el exrector Juan Eulogio Guerra Liera, así como los integrantes del comité de adquisiciones de la misma universidad.

 

Rocha rechazó categóricamente tales imputaciones y procedió a explicar:

 

-Como gobernador del Estado lo que exijo de la UAS es cero corrupción por lo que para mí significa la UAS y porque es mi obligación. Exigirle rendición de cuentas no es violar su autonomía.

 

En el mismo orden de ideas, agregó:

 

-Tampoco existe una persecución política contra nadie. Quienes consideran estar en esta situación, tendrán derecho a defenderse, ahora que comparezcan ante las instancias correspondientes. Si son Inocentes no habrá problemas. Quien resulte culpable tendrá que pagarlo conforme a la ley.

 

Y remarcó:

 

-Nada ni nadie me va a detener en mi propósito de limpiar la Universidad, menos con marchitas como las del fin de semana, en las que no se defiende a la UAS, sino a los que tienen secuestrada a la UAS, desde 18 años y a la fecha.

 

Así de sencillo.

 

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Mientras.

 

El 01 de noviembre de 2021, al asumir la gubernatura de Sinaloa, la deuda del Estado era de 5 mil 044 millones de pesos, fabricada, mayoritariamente durante la administración de Mario López Valdez.

 

Pudo haber sido menos; pero resulta que el gobernador Quirino Ordaz Coppel no le abonó un solo centavo y toda la deuda se transfirió al gobierno actual.

 

Rocha Moya, sin embargo, no quiso incurrir en el error de Quirino, bajo el argumento de que las deudas públicas son institucionales y “deben asumirse como tales”. Por eso, lejos de contratar nuevos empréstitos a largo plazo, se han abonado mil 184 millones de pesos, sin que ello signifique un deterioro de los programas concebidos en su oportunidad.

 

Solo de ser estrictamente necesario, se contratará nueva deuda en esta administración.

 

Tal es la decisión del gobernador Rocha Moya para lo que resta de su administración.

 

Pendientes

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