= Participa en reunión nacional de seguridad
= Presentes los 32 gobernadores de México
= Índices delictivos a la baja, sostiene Rocha
= Un museo para el periodismo de Culiacán
El domingo próximo pasado fue un buen día para Culiacán.
De hecho, uno de los mejores desde que se inauguraron las circunstancias actuales que nos han orillado a un estado de zozobra e intranquilidad, con consecuencias lamentables cuyos detalles son de sobra conocidos.
Este último domingo, ya el segundo de la temporada navideña, volvieron a cobrar vida los principales centros comerciales de la ciudad -particularmente las plazas Forum y Cimaco – con enorme cantidad de residentes de Culiacán, ilusionados con sus compras propias de la época y con los deseos de satisfacer sus necesidades de entretenimiento, diversión y bienestar. Calles y avenidas aledañas, con el tráfico vehicular propio de la época.
Por la tarde, un espectacular desfile navideño -tras un par de festivales decembrinos – que trajo luz, alegría y esperanzas a los miles de culichis que se apostaron a lo largo de la avenida Álvaro Obregón, emblema e ícono de nuestra ciudad capital.
Un gran día, sin duda.
Quizás no del todo inmaculado porque no faltaron reportes de incidentes delincuenciales en la zona serrana y en algunos otros puntos de la entidad; pero que no opacaron la ilusión de nuestra gente, que clama, implora y ora por el regreso de la paz a Culiacán.
Que sea así.
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Y bien.
A juicio del gobernador Rubén Rocha Moya es evidente la mejoría en los índices de criminalidad en la ciudad, lo que atribuye a la presencia aquí de Omar García Harfuch, el secretario de Seguridad del gobierno federal.
Enviado por la presidenta Claudia Sheinbaum, con instrucciones e indicaciones específicas, el llamado “super policía” llegó a Culiacán el martes de la semana anterior y desde el primer día se colocó al frente del operativo en pro de la seguridad, con la colaboración de las fuerzas militares y las policiacas de los tres niveles de gobierno en la entidad.
A lo largo de estos días, efectivamente, se han presentado las incidencias habituales; pero su intensidad ha sido claramente mayor, con alguna tendencia a la disminución.
Para el gobernador no hay la menor de las dudas.
Es el resultado del trabajo del secretario de seguridad y del respaldo de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo a la entidad.
-Es un gran embajador de la pacificación – dijo.
Y añadió:
-Policía profesional que ha probado su eficiencia en muchos momentos y que lo ha demostrado aquí en Sinaloa, al registrar avances importantes sobre la materia.
Abundó:
-Ha mostrado una imagen cercana y empática, aderezada con un intenso trabajo en la pacificación de Sinaloa, con resultados a la vista de todos.
Durante los últimos días, en efecto, si se ha advertido la presencia de un clima más amigable en Culiacán en materia de seguridad -sin omitir que si hemos tenido hechos delictivos – y esto es una buena noticia; sin embargo, hay que esperar el transcurrir de los días para hacer una evaluación más objetiva de las cosas, sin olvidar que los riesgos están ahí, latentes y que pueden hacerse presentes en cualquier momento.
Así de fácil.
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A propósito.
Omar García Harfuch partió al puerto de Acapulco, donde participará en una reunión de trabajo con todos los gobernadores del país, con la seguridad como tema de fondo. La encabezará la misma presidenta de México, Claudia Sheinbaum.
También, con la misma finalidad, se trasladó hacia allá el gobernador de nuestro estado Rubén Rocha Moya.
¿Regresará el super secretario a operar en Sinaloa?
Eso no lo sabemos. Ni tan siquiera el propio Rocha.
-Es una decisión de la presidenta – subrayó.
Pendientes.
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Por otro lado.
El viernes próximo pasado, tras ingresar oficialmente al Salón de la Fama del Deporte de Culiacán -junto con la distinguida softbolista Clarisa Pérez Rojo, el ampáyer Demien Alfonso Valenzuela y el promotor deportivo Víctor Manuel Vargas – hice llegar al alcalde Juan de Dios Gámez (por conducto de su representante, José Alberto Beltrán Figueroa) una petición en el sentido de crear en Culiacán una sala similar; pero ahora para honrar a los periódicos locales y a las viejas glorias del periodismo de la municipalidad.
Lo dije así:
“El viejo periodismo sufre hoy estertores de agonía. Como nosotros lo hicimos y lo gozamos -porque esta es una profesión que se disfruta hasta el último día de nuestras vidas – está por fenecer, si no es que murió ya. No existen más, aquellas salas de redacción de El Sol de Sinaloa, Debate, Noroeste, Diario y la Voz de Sinaloa, con atmósferas enrarecidas por el humo del cigarro y el penetrante olor a tacos de la esquina, en las que se destrozaban sin piedad vidas y honras al rítmico compás de las viejas máquinas de escribir y el ya prehistórico teletipo.
Ya desde hace tiempo dejamos de escuchar el melódico grito del voceador que nos despertaba, en horas de la madrugada, con su cántico sin igual: “sol, debate, noroeste” y ni qué decir del “¡andale!”, que llenó toda una época en la historia de El Debate de Culiacán y replicado sin éxito por los medios competidores.
La modernidad ha sido implacable con el periodismo tradicional, al dar paso al reportero de los nuevos tiempos, al que le basta con solo un teléfono celular, para soltar la noticia al instante, sin preocuparse mayormente de su redacción, de su presentación o la modulación de su voz. Son los periodistas de la época moderna: de los sitios de internet, las estaciones de radio y la televisión.
Ya los periódicos tradicionales, en su inmensa mayoría, han dejado de circular e incluso, hasta estaciones de televisión han cancelado una buena parte de sus programas, para ceder ante el incontenible avance de los medios del siglo 21.
El periodismo tradicional fallece irremediablemente, si no es que murió ya.
Esa vieja generación de periodistas que han escrito la historia de Culiacán y cuyo trabajo puede constatarse en las hemerotecas de los mismos diarios o del archivo general, merecen que su trabajo sea reconocido tanto por los comunicadores de la actualidad y recordado por la sociedad en general.
Por eso es que, al aprovechar este foro inmejorable, me atrevo a plantear el inicio de la gestión para crear un recinto similar; una especie del museo del periodismo de Culiacán, donde se honre la memoria de los reporteros y columnistas de antaño, de prensa, radio y televisión y en cuyos murales se narre, con los testimonios gráficos correspondientes, la brillante y nunca bien ponderada historia del periodismo de Culiacán”.
La petición, hasta donde sé, ya está en las manos del alcalde de la ciudad, Juan de Dios Gámez Mendivil. Existen, de acuerdo, muchas otras cosas de que preocuparse; pero, de cualquier modo, esperaremos en tiempo y forma su respuesta.
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Y hasta aquí por hoy. Nos vamos ya. Cuídense mucho y Dios los bendiga. Ahora y siempre