= Guadalupe Zavala, destacada empresaria local
= Celebra RRM el reconocimiento del sector a la mujer
= Francisco Chiquete, gana premio de Cuento “EPG”
= Pasaron 50, llegamos a 52 y todavía contando…
Tras 94 años de historia, por primera vez, la delegación Culiacán de la Cámara Nacional de Comercio de Culiacán es presidida por una mujer: la señora Guadalupe Zavala Yamaguchi.
El signo de los tiempos.
Como reconocimiento y aprobación a ese acuerdo de los agremiados a CaNaCo-Culiacán, el propio gobernador Rubén Rocha Moya le dio posesión de su cargo, en una lúcida ceremonia efectuada en el auditorio del Modular Inés Arredondo, ante un lleno a su máxima capacidad.
En su mensaje, precisamente, Rocha Moya se congratuló de que el sector comercio se haya sumado al rol de reconocer el papel que juega la mujer en los sectores productivos y aprovechó, del mismo modo para ponderar “el aporte del gremio del comercio y prestación de servicios a la economía estatal”, en el entendido de que juega también un papel importante en su contribución al producto interno bruto de la entidad.
Fecha relevante, sin duda, en la destacada historia de la CaNaCo en la vida productiva y social de nuestra ciudad.
Que haya éxito.
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Por otro lado.
El conocido periodista mazatleco, Francisco Chiquete, es el ganador del concurso de cuento del Premio Nacional de Poesía y Cuento “Enrique Peña Gutiérrez”, que año con año, por esta época, organiza la fundación cultural que lleva el nombre del ilustre médico e intelectual de Mocorito.
La noticia la dio a conocer la doctora Olga Judith Peña Inzunza, presidenta de la fundación, en el marco del desayuno anual de esta organización, precisamente con el fin de dilucidar los ganadores en ambas categorías, bajo el severo escrutinio del notario público Rubén Elías Gil Leyva.
En poesía, justamente, el triunfador lo fue José Fernando Castillo Mejía, de Tultitlan, Estado de México, con la obra “Me dijeron que el amor”.
Ambos, Chiquete y Castillo Mejía, recibirán sus correspondientes premios el día 22 de mayo en una ceremonia a efectuarse con todas las de ley, en el pueblo mágico de Mocorito, sede de la fundación.
Enhorabuena.
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Y bien.
El cuento de Chiquete tiene por nombre “El Profe”, escrito bajo el seudónimo de “El Primerizo”, en cumplimiento a las reglas trazadas por el jurado calificador del certamen.
Trabajo que, en los primeros comentarios, recibió un sinnúmero de elogios, tras la trascendencia de que el personaje principal es un ilustre mexicano, aún en este mundo, que algún tiempo radicó en el puerto de Mazatlán, cuyo nombre omitimos por respeto al autor.
A las primeras felicitaciones a Chiquete sumamos las nuestras por la identidad que nos ha unido durante los últimos años, en el delicado y responsable ejercicio del periodismo en nuestra entidad.
Actualmente – junto con Altagracia González - formamos parte de la mesa de análisis del programa noticioso Alta Voz, que conduce Pablo Cesar Espinoza y que se transmite de lunes a viernes, a través del 104. 9 de FM, aquí en Culiacán y del resto de las estaciones del grupo Chávez Radio en Sinaloa.
Los momentos de mayor comunión, sin embargo, se dieron cuando trabajamos al mismo tiempo para Organización Editorial Mexicana, en un plano ejecutivo. El, como director de El Sol del Pacífico; quien esto escribe, como titular de El Sol de Sinaloa. Ahí si que compartimos momentos difíciles; pero también sumamente satisfactorios. Dejamos el cargo con algunos meses de diferencia, por motivos eminentemente políticos, durante los primeros meses del gobierno de Mario López Valdez.
Fue un golpe de nocaut; pero nos levantamos a la cuenta de 8 y por aquí seguimos, todavía en la brega.
Por eso -acompañado en el evento por mi esposa Idolina – recibimos la noticia con marcado beneplácito y con alguna sorpresa al corroborar que “El Primerizo” era ni mas ni menos que nuestro amigo Francisco Chiquete.
Felicidades y nos vemos en Mocorito.
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Por cierto.
Felicitación familiar y grupal para el connotado deportista sinaloense Edgar Valdez, convocado a la reunión “Leyendas del Voleibol Mexicano”, que se celebrará el 18 de mayo en la ciudad de Pachuca, Hidalgo, como reconocimiento a su trayectoria por esta disciplina a nivel nacional.
En sus buenos años, Edgar fue parte insustituible de la selección de nuestro estado en campeonatos nacionales y en torneos de jerarquía mayor, inclusive. Merecidamente, forma parte del salón de la fama del deporte de Culiacán.
-Creo que no soy una leyenda, ni mucho menos; pero, de todos modos, es satisfactorio que me consideren para este evento – nos dice con su característica modestia.
Le reiteramos nuestros parabienes, por supuesto. Felicidades, de nuevo.
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A manera de colofón.
Sin poder celebrar todavía nuestro 50 aniversario en el ejercicio ininterrumpido del periodismo, llegó ya el 52 y la fiesta sigue pendiente. Este miércoles 24 de abril, en efecto, se cumplen 52 años de la publicación de nuestra primera nota, en el periódico El Sol de Sinaloa, de Culiacán. En esa época, con mucho – pero ¡con mucho! – el diario más fuerte e influyente de una buena parte del Noroeste de México.
Así, justo con ese evento, comenzó el conteo que puntualmente registraba el compañero Heriberto Millán, quien se nos adelantó en el viaje sin regreso en mayo de 2019, un año antes de la pandemia. La aventura había comenzado en marzo de 1972, con la operación de la escuelita de periodismo de Antonio Pineda Gutiérrez, “Toñico”, en ese tiempo subdirector, con don Ernesto Zenteno Carreón como director regional, con sede en Mazatlán.
A esa primera nota, en la que reseñamos un juego de beisbol de una liga regional, se sumaron muchas más en el curso de abril y mayo. Reunimos los requisitos y el 07 de junio de 1972, el “Mister Zenteno” nos dio la bienvenida “al noble oficio” con una comida en el entonces gran restaurant “La Fuente”, del señor Plinio Soto, personaje icónico en la gastronomía culichi.
Fecha inolvidable, que había comenzado con el desayuno de la Libertad de Expresión en el centro social “La Fogata” -encabezado por el gobernador Alfredo Valdez Montoya y el presidente municipal de Culiacán, Mariano Carlón – y que culminó, todavía, con una cena en “El Pargo”, por cuenta exclusiva de Toñico Pineda, Agustín D. Valdez y Víctor Manuel Zárate Urbina.
Que transcurrir el tiempo. Sonamos campanas cuando ajustamos 50 y ya suman 52, cuando comenzamos, simultáneamente, a tocar las puertas del séptimo piso, que espero nos abran en noviembre del año en curso.
Saludos a José Roberto Riveros Santos, Leonel Solís, Fermín Rosas Rodríguez, Antonio Velázquez Zárate y Fausto Castaños y nuestros imborrables recuerdos para tantos que ya no están entre nosotros: Heriberto Millán, Juan Manuel Pineda, Eleazar Camarillo, Jorge Walterio Medina Palazuelos, Trinidad Altamirano Sarabia, Guillermo Aguilar y por supuesto los líderes del grupo: los inmortales Toñico Pineda y Agustín d. Valdez.
Bendiciones a todos.
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Y hasta aquí por hoy, con esta columna de corte especial. Nos vamos ya. Cuídense mucho y Dios los bendiga. Ahora y siempre.