= Al cerrarse el periodo de inscripciones

 

= Beatriz ya le pisa los talones a Xóchitl

 

= Resurge, incluso, la figura de Creel

 

= Riesgo de quiebres en ambos frentes

 

= Lastima, “Hilary” no dejó agua en presas

 

Este domingo 20, el Frente Amplio por México cerró el plazo para el registro de ciudadanos interesados en participar en la elección primaria del domingo 3 de septiembre, de la cual surgirá el candidato de la coalición PAN-PRI-PRD a la presidencia del país. En el curso de la semana los dirigentes nacionales de los tres partidos políticos darán a conocer el número de personas inscritas o también puede que no obren así, para evitar especulaciones antes de tiempo.

Hace poco más de una semana, cuando hicieron público el nombre de los cuatro aspirantes que lograron rebasar la cifra de 150 mil apoyos, trascendió que la suma de registrados en plataforma ascendía a 2 millones 100 mil, repartidos entre los diferentes precandidatos de la coalición; pero la matrícula siguió abierta y entonces ya debe marcar una cantidad muy superior.

En abono a la transparencia que tanto pregonan todos los políticos, sería harto saludable que se informara en torno al total de los ciudadanos inscritos; sin embargo, es muy probable que esto no ocurra y que se hable de ello hasta la conclusión del proceso que nos ocupa.

Hasta la fecha en la que se transparentaron los nombres de los precandidatos presidenciales, teóricamente Xóchitl Gálvez era la puntera, con 554 mil 699 “apoyos”, seguida por Beatriz Paredes Rangel, con 451 mil 934; Santiago Creel, con 358 mil 735 y Enrique de la Madrid, con 344 mil 729, para totalizar alrededor de un millón 710 mil, lo cual quiere decir que los 390 mil restantes se desparramaron entre los otros aspirantes a la misma posición.

Entonces, aparentemente Xóchitl está adelante en el proceso de la coalición opositora; pero hay otras cosas a considerar.

Por un lado, que esos 390 mil “apoyos” sumados a los casi 345 mil que alcanzó Enrique de la Madrid, se cargarán en favor de los precandidatos sobrevivientes, en la elección primaria del domingo 03 de septiembre, no necesariamente en la cuenta de Xóchitl Gálvez.

Y por otro, que una vez que se anunciaron los nombres que rebasaron la cantidad mínima exigida, la plataforma permaneció abierta y así continuó hasta este domingo, lo que dio paso a la observación de un fenómeno sumamente interesante: una lucha soterrada entre la dirigencia priista y la panista por llevar simpatizantes a la plataforma y tal parece que si lograron su objetivo; o sea que creció sustancialmente el número de personas que tendrán derecho a voto en la consulta que se avecina.

Paralelamente a ello se desarrollan los foros regionales y ya van dos de cinco: uno, en Durango y otro en Monterrey; los restantes tendrán lugar en las ciudades de León, Guadalajara y Mérida, Yucatán.

Más que foros, debates entre los tres precandidatos presidenciales, en los cuales los raspones entre ellos han estado a la orden del día. Esta es una situación que debería aceptarse como normal; sin embargo, no hay que perder de vista que el objetivo principal es cuidar la unidad y la concordia en aras de llegar lo más fuertes posible a las elecciones constitucionales del año entrante.

Oportuno recordar, en el mismo sentido, que entre el 27 y el 30 del mes en curso se desarrollará un sondeo de opinión, que permitirá captar una impresión general en torno a los tres precandidatos, antes de la “primaria” del 3 de septiembre.

Bajo estas circunstancias, mientras Xóchitl, Beatriz y Creel debatían entre sí, sus simpatizantes se deban a la tarea de promover el registro de panistas, priistas y perredistas, para elevar el padrón de ciudadanos con derecho a participar; pero no solo para votar por el mejor precandidato de la coalición, sino por el de su partido, situación que podría anular, de golpe y porrazo, todos los esfuerzos hechos hasta el momento, para presentar un candidato con posibilidades de ganarle a MoReNa en los comicios del año entrante.

Si, porque en un momento dado, podría no triunfar la opción que quiere de la sociedad civil, sino la que más conviene a los intereses de los partidos políticos coaligados en un propósito común.

Así las cosas, Xóchitl Gálvez podría aparecer, a final de cuentas, como la precandidata más carismática y la deseada por la sociedad; pero la ganadora podría ser, por ejemplo, Beatriz Paredes Rangel, por obtener la mayoría de los votos emitidos por militantes de su partido.

Evidentemente el PRI trabaja en esa dirección.

Y déjeme decirle que no es solo el PRI. En el PAN, incluso, habrá muchos votos no para Xóchitl, sino para Santiago Creel Mirada, que es quien Acción Nacional quisiera no solo como candidato sino también como presidente de nuestro país.

Entonces ¿podría Xóchitl Gálvez quedar fuera de la contienda a pesar de ser, aparentemente, la candidata que demanda la sociedad?

Absolutamente cierto. Podría darse el caso. Y las posibilidades han crecido en esa dirección.

Y bueno, el proceso ya está, efectivamente, en su recta final; pero nada claro hay en favor de ninguno de los precandidatos. Todavía van a pasar muchas cosas de aquí al 3 de septiembre que ya tenemos encima.

Pendientes.

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Y bueno.

Como en “todas partes se cuecen habas”, Mario Delgado, el dirigente nacional de MoReNa, se aventó la puntada de anunciar que será hasta el 6 de septiembre, cuando se darán a conocer los nombres de las empresas especializadas que llevarán a cabo las llamadas encuestas “espejo”; o sea, las que se cotejarán con la encuesta madre -la aplicada por MoReNa – a fin de dilucidar quien será su candidato a suceder a Andrés Manuel López Obrador en la presidencia del país.

Y ¿Qué no es ese día, septiembre 6, cuando habrá humo blanco en MoReNa, respecto a su abanderado presidencial?

Exacto. Es ese mismo día.

¿Tendrá sentido, entonces, que se informe sobre el paradero de las casas encuestadoras, junto con el resultado final?

Y ya no hay modo.

Aparentemente las empresas encuestadoras ya comenzaron o estar por iniciar su labor de sondeo entre la sociedad mexicana, bajo el amparo de una opacidad simple y sencillamente insultante, dicho esto con todas sus letras.

La medida, obviamente, no fue aceptada por precandidatos como Marcelo Ebrard -apoyado tibiamente por Ricardo Monreal – y si a regañadientes por Adán Augusto López Hernández; pero preferible la sumisión a desatar la ira del hombre que toma todas las decisiones inherentes a MoRena, desde Palacio Nacional.

Aquí, en este partido, las llamadas corcholatas de AMLO han seguido adelante con su recorrido por todos los estados del país en la búsqueda del respaldo popular; pero ya están por suspender todas sus actividades, a fin de ingresar a un periodo de silencio, que permitirá la libre aplicación de las encuestas que dilucidarán el nombre del candidato presidencial: las “espejo” y la que ha tomado en sus manos la dirigencia nacional.

También aquí, en MoReNa, los seis aspirantes (incluidos los de relleno) han hecho público su compromiso en el sentido de que, pase lo que pase, se mantendrán firmes al interior de su partido, así como su lealtad al presidente López Obrador; pero quien sabe.

La posibilidad de un final nada feliz crece día a día, conforme se acercan las fechas de las grandes decisiones.

Digo.

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Por otro lado.

Ya se fue “Hilary”, sin causar problemas mayores para nuestra entidad.

Lo peor es que, con su partida, también se diluyeron las posibilidades de aportaciones importantes al sistema de presas de nuestro Estado, cuya ocupación se mantiene por debajo del 30 por ciento -respecto a su capacidad de conservación -, lo que es insuficiente para programar una cantidad decente de hectáreas a sembrar para el próximo ciclo agrícola, aquí en Sinaloa.

De acuerdo, ha habido lluvias importantes en el sur; pero allá todavía no hay presas en operación. También el norte; pero no en las cuencas de las presas. Y aquí en el centro, ni se diga. Si acaso dos o tres precipitaciones fuertes, en los meses de julio y agosto.

Para garantizar un programa de siembras satisfactorio, se requiere de una captación de agua de por lo menos un 50 por ciento. Por ahora no se ve cómo, ni por donde.

En verdad, los contratiempos denunciados por los productores de granos para la liquidación sus cosechas son un juego de niños, si lo comparamos con la magnitud de una sequía como la que ya se visualiza, ante la ausencia de lluvias en la entidad.

Cierto, aún le restan algunas semanas a la temporada pluvial; pero la desesperanza ya comienza a asomar entre los productores sinaloenses.

Así de sencillo.

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