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columna marco 20“Algunos están dispuestos a cualquier cosa, menos a vivir aquí y ahora”, John Lennon

ALTERNATIVAS

La reciente decisión de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) de levantar el paro de labores marca un momento crucial para la institución y su comunidad universitaria.

Después de más de 20 meses de incertidumbre, tensiones y constantes reclamos por la defensa de su autonomía, la reapertura de la Mesa de Diálogo en la Secretaría de Gobernación (SEGOB), gestionada por el gobierno federal bajo la instrucción de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, parece ser un soplo de esperanza.

eSin embargo, aunque es un avance significativo, este episodio no pone punto final a los desafíos que enfrenta la Máxima Casa de Estudios.

El regreso a las actividades académicas y administrativas este 10 de octubre, tras los acuerdos alcanzados en la SEGOB, podría interpretarse como un gesto de confianza por parte de la UAS hacia las autoridades federales.

La universidad ha demostrado disposición para el diálogo, pero el conflicto con los tres poderes del estado de Sinaloa sigue siendo una herida abierta.

Los firmes acuerdos alcanzados con el subsecretario de Gobernación, César Yáñez, y el secretario general de Gobierno, Feliciano Castro, evidencian un intento de restaurar la normalidad, pero también dejan claro que la lucha por la autonomía está lejos de terminar.

La autonomía universitaria es uno de los pilares que ha sostenido a la UAS durante décadas.

La intervención de los poderes locales ha sido percibida como una afrenta directa a esta independencia, provocando que la comunidad universitaria se mantuviera cohesionada en la defensa de sus derechos.

El hecho de que se haya logrado la intervención del Gobierno Federal habla de la magnitud del conflicto, el cual escaló a niveles que superaron la capacidad de resolución local.

Es destacable la actitud de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien respondió con rapidez a las gestiones encabezadas por el doctor Candelario Ortiz Bueno, encargado del despacho de la Rectoría de la UAS.

El hecho de que en cuestión de horas se abriera una puerta en la SEGOB para el diálogo es un indicio del compromiso del gobierno federal con la resolución del conflicto.

Sin embargo, aún está por verse si los acuerdos alcanzados en esta etapa preliminar del diálogo serán suficientes para calmar las aguas.

Levantar el paro de labores no es una solución definitiva, sino un gesto de buena voluntad de la UAS para continuar el diálogo.

El compromiso asumido por la universidad es un reconocimiento a la necesidad de retornar a la normalidad, pero también una estrategia para mostrar que, aunque las aulas y oficinas vuelvan a llenarse, la lucha no ha sido abandonada.

La promesa de una próxima reunión en Culiacán, a finales de octubre, con la participación de la SEGOB, apunta a que el conflicto tendrá aún varias rondas de negociaciones antes de llegar a una resolución duradera.

En este contexto, es fundamental recordar que detrás de los acuerdos y las reuniones políticas está una comunidad universitaria que ha soportado meses de incertidumbre y estrés.

Docentes, investigadores, personal administrativo y estudiantes han sido piezas clave en esta lucha, mostrando su apoyo irrestricto a la defensa de la autonomía. Las familias de los estudiantes también han jugado un papel crucial, apoyando las decisiones de la universidad en medio del conflicto.

Aunque la vuelta a clases y a las labores administrativas sea una noticia alentadora, no debe confundirse con una victoria absoluta.

El doctor Candelario Ortiz Bueno fue claro al decir que el levantamiento del paro no significa que la lucha haya terminado.

La autonomía de la UAS sigue siendo un tema delicado, y el conflicto con los poderes estatales no se resolverá de la noche a la mañana.

Lo que está en juego no es solo la estabilidad de una institución educativa, sino el respeto por la autonomía universitaria en todo el país.

Si bien la intervención del Gobierno Federal ofrece un respiro, las universidades deben permanecer vigilantes ante cualquier intento de vulnerar su independencia.

El caso de la UAS es un recordatorio de que la autonomía es un bien preciado que, una vez puesto en riesgo, requiere de un esfuerzo constante y colectivo para ser defendido.

La decisión de la UAS de levantar el paro es un paso positivo en el proceso de reconciliación, pero queda mucho camino por recorrer.

Las reuniones futuras determinarán si realmente se ha allanado el camino hacia la resolución del conflicto o si este continuará siendo una fuente de tensión para la universidad y su comunidad. Por ahora, la UAS regresa a la normalidad, pero su lucha por la dignidad y la autonomía sigue viva, y su desenlace sigue siendo incierto.

NUEVOS AIRES

El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, enfrenta el desafío de completar su equipo de gobierno antes del 31 de octubre, tras la salida de varios titulares y subsecretarios que se han incorporado a otras funciones.

En áreas clave como la Secretaría de Turismo, Vialidad y Transportes, y la Secretaría de las Mujeres, aún no se han nombrado a los responsables, lo que ha generado expectativas sobre quiénes asumirán estos puestos y cuál será el enfoque del mandatario en esta nueva etapa de su gestión.

Uno de los nombramientos más esperados es el de la Secretaría de Turismo, que tras la salida de Estrella Palacios, quien asumirá como alcaldesa de Mazatlán, debe ser ocupado por una mujer, en línea con los principios de equidad de género que ha promovido Rocha Moya.

Los nombres que se manejan hasta ahora son la actual alcaldesa de Mocorito, María Elizalde Ruelas, y la exdiputada local Celia Jáuregui Ibarra.

Ambas figuras tienen trayectorias destacadas en la política local, y su elección será crucial para definir el rumbo del turismo en un estado cuyo motor económico depende en gran medida de esta industria.

Por otro lado, la reciente muerte de Miguel Loaiza Pérez ha dejado vacante el cargo de director de Vialidad y Transportes del Estado, una posición clave para la movilidad y el orden en el transporte público.

Este puesto debe ser cubierto con celeridad, dada la importancia de garantizar un servicio eficiente y seguro para los ciudadanos, particularmente en un contexto donde las necesidades de infraestructura vial y de transporte son cada vez más apremiantes.

Además, en la Secretaría de las Mujeres quedaron varias direcciones y subsecretarías sin titular, luego de que Tere Guerra, la anterior secretaria, se llevara parte de su equipo al Congreso del Estado.

Este vacío pone en una posición delicada a la Secretaría, que juega un papel fundamental en la implementación de políticas para la protección y empoderamiento de las mujeres en Sinaloa.

La decisión de quiénes ocuparán estos cargos será fundamental para garantizar la continuidad y el fortalecimiento de las iniciativas en favor de la equidad de género.

Rocha Moya ha dejado entrever que estos nuevos nombramientos podrían salir de los mismos trabajadores del gobierno, pero también podrían incluir a exdiputados o exalcaldes, lo cual podría interpretarse como una estrategia para fortalecer su equipo con personas de experiencia política y administrativa.

Este enfoque no es nuevo en su gestión, y en días recientes ya ha recurrido a figuras con trayectorias políticas previas para cubrir otras vacantes.

El hecho de que el gobernador esté abierto a realizar más ajustes en su gabinete sugiere que la estructura de su administración está en constante evolución.

Esto podría reflejar un esfuerzo por adaptarse a las nuevas dinámicas políticas y a las necesidades del estado, aunque también pone de manifiesto la inestabilidad que puede generar la salida de funcionarios clave.

En resumen, la renovación del gabinete de Rubén Rocha Moya representa una oportunidad para refrescar su administración, pero también un reto para mantener la cohesión y el dinamismo en áreas cruciales del gobierno.

A medida que se acerque el 31 de octubre, la atención estará puesta en los nombres que se elijan, así como en el impacto que estos nuevos nombramientos tendrán en el futuro de Sinaloa.

¿Será capaz el gobernador de consolidar un equipo que le permita enfrentar los retos que quedan por delante? Solo el tiempo lo dirá, pero lo que es seguro es que las decisiones que tome en las próximas semanas tendrán repercusiones importantes para su gobierno y para el estado.

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