Es obvio que ningún gobierno funciona sin dinero, y que desde hace tiempo y a todos los niveles, tanto federal, estatal como municipal cada vez son más deficientes en la captación de impuestos y servicios, corruptos todos en mayor o menor medida, y sumamente ineficientes e ineficaces, de tal manera que nunca les alcanza el dinero y resulta peor, cuando quienes encabezan esos gobiernos no saben cómo conseguir por lo menos para los aprietos y la nave del gobierno comienza a hacer aguas y amenaza con ir a pique, como dijo alguna vez el expresidente municipal de Guasave, Pablo Rubio Espinoza.
Hoy en día, en los tiempos de la 4T, cuando el presidente López Obrador definió sus proyectos de gobierno insignias, como el aeropuerto Felipe Ángeles, la refinería Dos Bocas, el tren Transístmico y el Tren Maya, junto con todos los programas sociales del proyecto Bienestar, los cuales han consumido del gasto público de inversión poco más del 60%, sin incluir la inversión de PEMEX y CFE, lo que ha reducido significativamente la inversión pública en estados y municipios, lo que ha provocado un rezago y acumulación de problemas que los gobiernos estatales y municipales, hay algunos que se han gastado buena parte del gasto corriente, recurriendo al endeudamiento para solventarlos.
Si el problema de los gobiernos locales ya era difícil desde antes de la 4T, ahora se ha complicado por esa gigantesca inversión pública, que en aras de no contratar deuda (“porque eso es práctica de gobiernos neoliberales”), han sacrificado gastos del gobierno central, así como de los gobierno locales, que ahora tienen que hacer mayores esfuerzos y ser más creativos para conseguir dinero, y que les rinda.
Por todo eso es que resulta ejemplo a seguir el gobierno de Ahome que encabeza Gerardo Vargas, al echar mano de la cartera vencida de la JAPAMA, llamando a la población a que subsane sus deudas de lo que recaudó, según su director Raúl Pérez, 110 millones de pesos, capitalización muy importante para empatar con el presupuesto que les haya asignado la Comisión Estatal de Agua Potable y Alcantarillado de Sinaloa (CEAPAS), para enfrentar los daños de la tormenta 19E que no reparó el Billy Chapman y así poder resolver a algunas comunidades sus urgencias de agua y drenaje.
Después de lo hecho por JAPAMA, ahora el cabildo de Ahome autorizó al presidente municipal Gerardo Vargas a hacer lo mismo con la cartera vencida de los deudores del impuesto predial urbano, que supera los 600 millones de pesos y que si se recupera un 40% estamos hablando de que el ayuntamiento tendría un ingreso extra de 240 millones, una fortuna que por lo menos los mantendría a flote hasta el 2024 y más aún si no logran que se modifique la vieja práctica del gobierno estatal de quedarse con la “tajada del león” del impuesto predial rústico (impuesto a la producción agropecuaria), que corresponde a las comunidades rurales recibirlo según su valor de producción, es posible que este verano el gobernador Rubén Rocha les de la sorpresa de entregarles una bolsa mejor que en los sexenios pasados, pudiendo sumar Ahome otros 70 u 80 millones más por ese concepto.
Si trabajan, son honrados, eficientes, creativos y no se dejan, los presidentes municipales pueden hacer crecer sus ingresos, mejorar su hacienda y resolver más problemas de la sociedad, vivimos tiempos difíciles por lo que al menos hagan lo que hizo Vargas Landeros en Ahome, quien quite y quizá también les llegue una ballena a cada municipio costero.
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