columna joseluisTal parece que la “grilla” que desató AMLO en torno a la “Cumbre de las Américas” que organiza el gobierno de los Estados Unidos, a desarrollarse del 6 al 10 de junio en Los Ángeles, California, de que no se vetará a ningún país su asistencia, por el anuncio anticipado de Estados Unidos de no invitar a Cuba, Venezuela y Nicaragua, y decir de su parte que si no se les invitaba México no asistiría en protesta por ello, lo que desató un debate en México y Latinoamérica que, al día de hoy, prevalece como un boicot a dicha “cumbre”, después del número de países que han anunciado su inasistencia y de que el gobierno de Cuba ha convocado a una cumbre del Caribe para el día 28 de mayo, es decir, mañana sábado.

 

Esto en términos chocarreros significa, por lo menos, una posición ligera del gobierno mexicano ante los Estados Unidos y que queda visiblemente como el orquestador del boicot, que obviamente tiene serias repercusiones negativas para el gobierno de Biden al interior de su país, y en la coyuntura política y electoral que se juega en este momento en aquel país, por lo que es de esperar las repercusiones de tales efectos en contra del gobierno mexicano de parte de aquel país.

 

Ya sabemos que Cuba, Nicaragua y Venezuela no asistirán porque no serán invitados por el gobierno de Estados Unidos, y el presidente López Obrador ya se comprometió a no asistir si eso se daba, a lo que se sumarían Guatemala, Honduras, Brasil y Chile, más los que se sumen en una semana, cuestión que significará para los Estados Unidos un fracaso rotundo.

 

Y si eso se da, de que esos siete países, más México y los que se inscriban en esa lógica de aquí al día 6 de junio, de todos ellos el único que sufrirá repercusiones será México, y la pregunta será ¿A cambio de qué?

 

Es obvio que el momento de América, ante la geopolítica mundial, es indiscutible la creación del mayor bloque de naciones en un pacto económico, político y social, que quizá incluya a todos, pero aunque no alcanza hasta allá, es indispensable e indiscutible a estas alturas su construcción, donde todas las diferencias y controversias se pongan sobre la mesa para abrir ese proceso de la “América Unida”, como la Unión Europea, y por todo ello lo que ahora ocurre con los posicionamientos de unos y otros ante la Cumbre de la Américas, no son argumentos válidos para ese proyecto, y todos los discursos y posiciones de gobierno debieran enfocarse hacia la América Unida que enfrente retos que depare el futuro de nuestro continente.

 

Este enfoque ya lo había asumido el presidente López Obrador desde la Cumbre Bolivariana en el 209 aniversario del natalicio del Libertador de América, cuando reunió a 32 representantes de gobiernos y declaró abiertamente la unidad para convencer a Estados Unidos y construir la alianza estratégica contra la competencia del gigante asiático que ya había desplazado a Estados Unidos de la hegemonía económica mundial y que eso era un riesgo para la economía de toda América.

 

Por eso cabe la pregunta ¿Por qué el presidente López Obrador optó por el sentido contrario? ¿Por qué no aprovechó la Cumbre de las Américas para llevar esta posición y exponerla al gigante del norte? ¿Por qué? Esa es la pregunta.

 

Los invito a compartir la mesa de análisis político que dirige el Dr. Héctor Muñoz los lunes, miércoles y viernes a las 6:30 de la tarde, con la participación de los analistas Fernando Camacho, Leonel Solís y un servidor. Los esperamos en Facebook dr hector muñoz

 

Twitter @jhectormunoz

YouTube las noticias con el Dr Héctor Muñoz