columna oswaldo villaseñor

Los candidatos a la gubernatura de Sinaloa quedaron a deber en el segundo debate organizado por el Instituto Estatal Electoral de Sinaloa.

Para quienes esperaban que el segundo debate definiera la elección, no fue así. Todo sigue igual que antes en el marcador. Bueno, algo si no está igual y ese es el estado de ánimo del candidato Morenista Rubén Rocha Moya.

A juzgar por las declaraciones que dio al salir del encuentro entre candidatos y responder sobre las acusaciones hechas sobre los negocios hechos al amparo del poder de sus hijos mientras él fue funcionario público en gobiernos priístas, se aventó una frase que lo mostró desquiciado. “Que se meta conmigo el cabrón” dijo Rocha en alusión a Mario Zamora.

Desde luego no le gustó que se metieran con su familia, regla no escrita de oro en la política que su equipo de campaña rompió primero al difundir Fake News en las cuales se denigraba a Wendy Zamora y motivo por el cual Zamora ya le había reclamado en público durante la entrevista que les hizo a ambos Carlos Loret de Mola.

La diferencia es abismal entre una acusación y la otra. Rocha si debe aclarar sobre los negocios al amparo del poder realizados por sus hijos. Las acusaciones en contra de Wendy fueron por demás ruines y bajas al decir falsamente que de joven trabajó de prosti en las cantinas, que le apodaban la Hurraca entre muchas mentiras más que se dijeron sobre su persona.

En fin, en esta campaña se han roto reglas de oro. No meterse con la vida personal, con la familia y dedicarse a contrastar solo sus propuestas y sus respectivas hojas de vida. Eso si quieren saber los sinaloenses.

Negocios al amparo del poder público, los haya hecho quien quiera, si deben transparentarse ante los ojos del sinaloense.

En fin, con todo y los altercados, los enojos, las acusaciones que se lanzaron, el debate no definió nada.

¿Cómo se podría catalogar la participación de cada uno de los candidatos? ¿Quién lo ganó y quien lo perdió?

1.-De entrada habría que decir que Rosa Elena Millán se sacó la espina. De haber sido la gran decepción durante el primer debate, hoy se mostró como la política de peso completo como es vista por muchos sinaloenses.

No atacó pero fue la candidata que más propuestas serias y viables realizó apegadas a los temas planteados. ¿De qué le sirvió? Lamentablemente tendríamos que decir que de nada.

La gente no se fija en las propuestas y sí ahorita le preguntáramos a un sinaloense qué propuestas hizo Rosa Elena, ya no se acuerda.

Además, Rosa Elena ya no tiene ni la más mínima posibilidad de ganar la contienda. De poco le valdrá haberse visto bien.

2.-¿Quién fue el gran perdedor? Sin lugar a dudas el gran perdedor de nuevo fue el candidato Morenista Rubén Rocha Moya y no por los señalamientos que se le hicieron, sino por su pobre y decepcionante participación.

Una vez más, Rocha se vio nervioso, balbuceante, desconcentrado y sin poder articular sus ideas en sus participaciones. Cantinflas le venía chico.

Pero además, Rocha cometió dos errores más. El primero de ellos, haberse enganchado con las acusaciones que le hizo Arnulfo Hernández quien lo acusó de intentar “comprarlo” o corromperlo para que se bajara y declinara a su favor y de lo cual tenía un video para demostrarlo.

Rocha solo aclaró que Arnulfo no tenía ese video, pero no negó que hubiera tratado de corromperlo. La idea que quedó en el ambiente era que si trató de corromperlo, pero que Arnulfo no tenía el video. En fin.

El otro grave error de Rocha se dio en su intento de querer cobijarse en las tesis de López Obrador y en mostrarse como una copia chafa.

Rocha se puso a defender lo indefendible ante los ojos de los Sinaloenses. ¿Qué no ha subido el precio la Gasolina? ¿Qué ya se combate la corrupción? ¿Qué ahora se vive mejor? Etc.

Y lo peor de sus dichos, que su prioridad en su gobierno será combatir la corrupción. Uffff.

Esa postura de Rocha dio pauta para que sus adversarios se ensañaran con él. Rocha ha sido el candidato más expuesto, mas exhibido por casos de supuesta corrupción suya y de su familia.

Rocha sido el más el expuesto y exhibido por sus alianzas con Héctor Melesio Cuen y con Gerardo Vargas Landeros etc.

En fin, dos errores de Rocha que bien pudo evitar que llevó a que por segunda vez se le mostrara en público como un corruptor y corrupto.

En el primero fue Yolanda Cabrera quien lo acusó de amenazas para que no hablara mal de él y de Cuen y ahora fue Arnulfo Hernández quien lo acusó de intentar corromperlo o comprarlo para que declinara a su favor.

3.-En el caso de Mario Zamora se pudiera decir que intentó verse como más sereno, más propositivo sin dejar de marcar sus golpes a Rocha. Sin embargo, Zamora desperdició la gran oportunidad de ser él quien cerraba el debate. Su cierre fue su peor participación de todas y no dejó ese tema contundente –Propuesta o golpe- que inclinara a favor el tablero. Como dice “El Perro” Bermudez. “Era suya, la acarició y la dejó ir” o algo parecido. La idea es esa.

4.-Sergio Torres buscó en sus ataques a Rocha y Zamora o al Gobierno Federal o Estatal, romper esa elección polarizada de dos y hacer su último intento de que puede ser una elección de tres. No lo logró. Su único logro fue dejar en claro que la elección es de dos y para los dos tuvo.

5.-Yolanda Cabrera quien en el primer debate fue la gran revelación, hizo lo suyo. Fue a su mercado electoral que son los universitarios de la UAS y les habló a ellos y de frente.

Hoy exhibió el modus operandi de cómo se hacen los desvíos de recursos de la UAS hacia el PAS y en benefició de Héctor Melesio Cuén. Esos señalamientos dan para que en el futuro inmediato la propia UIF abra una investigación en caso de que sea de su interés político. Por lo pronto queda claro de que no lo es.

6.-Arnulfo Hernández, le puso sabor al debate con su muy particular estilo de hacer sus acusaciones mientras que Misael Sánchez fue lineal en su participación. Nada que destacar.

¿Se movió el tablero electoral con el debate? NO, para nada. Todo sigue igual y la final será de fotografía.

Aún quedan 8 días de campaña para irse en busca del nock aut de último momento, o bien si este no llega, irse a la decisión de los ciudadanos expresada en las urnas.

Habrá que estar pendientes.