columna joseluis

Muy seguramente en la coalición PRI, PAN y PRD han de estar jalándose los cabellos y murmurando “la familia ya era grande y parió la abuela” con la alianza que ha forjado el PAS y MORENA para enfrentarlos.

 

Lo que parecía inminente desde diciembre, cuando MORENA nombró a Rubén Rocha como su precandidato a gobernador, tuvieron que pasar dos meses para concretar un acuerdo PAS – MORENA y quizá fue lo mejor, porque eso permitió calmar las controversias que habían suscitado al seno del partido de AMLO y sus aliados que a algunos les parecía inconcebible, como también consolidar la turbulencia que generó el mismo nombramiento del precandidato a gobernador.

 

El acuerdo MORENA – PAS llega en un momento propicio porque se coloca exactamente en el centro de la definición de candidatos a diputados federales, presidentes municipales y diputados locales, parte fundamental de esta alianza porque el acuerdo incluye posiciones federales y locales sin duda.

 

Es un hecho que se reforzará la alianza que ya existía entre MORENA, PT y PVEM, a quienes también beneficiará, porque al PT le garantizará el triunfo en Escuinapa con el Dr. Víctor Díaz Simental y seguramente el diputado Eleno Flores ocupará la diputación federal del distrito III o se reelegirá como diputado local, además que tanto al PT y PVEM, les da más posibilidades de recuperar el registro local como partido.

 

Aún con este nuevo acierto de Rubén Rocha no amaina la ofensiva que le recetan todos los días desde el palacio de gobierno estatal y el PRI, su precandidatura y virtual candidatura a gobernador, avanza y se consolida, tanto que el acuerdo PAS – MORENA ha sacudido a todos y quien sabe cuál sea el acomodo cuando las trepidaciones de la sacudida se estabilicen, porque seguramente habrán cambios en las percepciones y visión del escenario político que provocará reacciones a favor y en contra.

 

En contra, es muy probable que al seno de MORENA se den reacciones de protesta porque algunos se sentirán desplazados y con menos oportunidades personales de ocupar alguna posición, otra porque su potencial hegemonía política interna la siente amenazada por el crecimiento del liderazgo de Rubén Rocha, y los terceros, por sus resabios de viejas diferencias y cicatrices política que no acaban ni se cierran.

 

Pero el manto del acuerdo MORENA – PAS, es mucho más cálido que todo ello y seguramente suficiente para atenuar sus argumentos y reducir las diferencias, por lo que es de esperarse pronto su mitigación, aunque prevalezcan opiniones interesadas que consideren que la alianza PAS – MORENA fortalece a la de PRI, PAN y PRD.

 

En el caso de los de enfrente, PRI, PAN y PRD, no les quedará más que la “heroica”, es decir, subliminar los esfuerzos, creatividad y acumulación de fuerzas, de tal manera que pueden remontar el rezago que se acumula, más aún con los múltiples asuntos que les van quedando sin resolver en el camino de terminar la coalición, que aún está incompleta.

 

Lo peor que les puede ocurrir es que se les caiga el ánimo, porque eso sería ya una derrota moral que en automático impide “la heroica” y deja todo a lo que venga.

 

MORENA y sus aliados al parecer ya pasaron lo peor en la construcción de su proyecto electoral y lo que los desvíe y haga perder escalones es más probable que venga de fuera.