columna joseluisLa Secretaría de Obras Públicas, que encabeza José Luis Zavala Cabanillas en el gobierno de Rubén Rocha, en un esfuerzo inédito fue la única secretaría capaz de plasmar su plan de obras en el proyecto del presupuesto de egresos que propuso el gobernador al Congreso del Estado, surgiendo la pregunta ¿Por qué las demás no lo hicieron?

 

De los 58 mil millones de pesos que ejercerá el gobierno del estado, 4700 millones corresponden al a Secretaría de Obras Públicas, y en el desglose de inversión en obras contemplan 185 obras, con una precisión de montos, lugar y tipo, que dota al presupuesto y programa de gobierno de Rubén Rocha de un rostro de transparencia y legalidad que no hicieron otros secretarios, aún cuando es menos complicado que lo hecho por obras públicas.

 

Por ejemplo, a la Secretaría de Agricultura y Ganadería se le asignaron 358 millones en diez programas, de los cuales no se dice de manera específica en qué se van a aplicar los montos asignados, tanto a qué productores y el número, regiones e incluso a qué ramo.

 

Lo mismo ocurre en pesca y acuicultura, a la que se le asignan 110 millones y sólo reflejan los montos, pero no dicen en absoluto qué harán, ni dónde y para qué.

 

Educación, que debiera ser de las más precisas y específicas, repite las mismas omisiones que las otras con una suma de 356 millones de pesos.

 

La de Bienestar establece un fondo para desplazados de 60 millones de pesos, sin ningún plan, cuando tiene más de diez años resultando una sangría de recursos estatales que se dispersan mal, que no tienen plan ni proyecto y la mayor parte son de puro papel.

 

Y donde se ve el abandono y la superficialidad es en la Secretaría de Economía, empezando con un raquítico presupuesto de 64 millones, precisamente en una entidad donde el 90 por ciento de los negocios son MIPyMES y producen más del 80 por ciento del empleo, ni por asomo reflejan algo que pretende algún objetivo.

 

Y si se pudiera revisar dependencia por dependencia, programa por programa, se podría atacar la enorme sangría que significan los gastos que no se hacen y se utilizan en otras cosas, por decir lo menos, por eso la importancia de ir a los detalles, precisamente porque luego ¿Cómo se puede fiscalizar? Y hay tanto cinismo a veces que prácticamente dicen “lo que entró salió”, y obviamente no dicen para dónde, ni cuánto.