=Proclamas y consignas contra la autoridad
= Discrepancia entre el número de asistentes
= Estimaciones de 15 mil ¡hasta 40 o 50 mil!
= Todos queremos lo mismo, a final de cuentas
= Vienen nuevas estrategias del gobierno federal
Concentración masiva, tranquila, cálida, participativa la de este domingo en Culiacán, en demanda de mayores resultados de la autoridad en la lucha contra la delincuencia organizada lo que se traduciría, prácticamente en automático, en el restablecimiento de la paz y en la gradual recuperación de la economía de la zona centro de nuestro Estado.
¿Qué si de cuanta gente estamos hablando? Lo comentamos en la mesa de análisis del viernes próximo pasado en el noticiero de Alta Voz -que conduce Pablo Cesar Espinoza, por cierto -: proyectamos alrededor de 20 mil, sin descartar la fluctuación de la cifra, según la óptica de quienes están en un bando y otro. Hasta 40 o incluso, 50 mil, para los críticos del gobernador Rubén Rocha; entre 10 y 15 mil, para los defensores del oficialismo. Nadie puede presumir de tener la cantidad exacta. Imposible. Ni quienes restan al número base, ni quienes multiplican para acrecentar la suma en función de intereses y simpatía.
¿Importa el número? Pues sí y no. Lo que más debe importar, eso sí, es la participación ciudadana, que si se dio, así como el coraje y el desespero reflejado en algunos rostros y la exigencia común: el regreso de la paz a Culiacán en particular y a Sinaloa, en general.
Legítimos los reclamos y justificados los planteamientos. Infortunadamente, los matices políticos no pudieron faltar en el propósito de criticar severamente el trabajo de los tres niveles de gobierno; de desacreditar por completo lo hecho hasta el momento y hasta de acarrear agua al molino particular, frente al proceso político de 2027.
Lamentable que así haya sucedido porque esta clase de actitudes, poco le aportaron a la marcha y si dañaron su legitimidad. No del todo porque tampoco constituyeron un planteamiento generalizado; pero si suficiente como para sospechar de la existencia de claras motivaciones políticas en la manifestación.
Una movilización empujada y promovida por organismos civiles, iniciativa privada, algunos medios alternativos de comunicación, sin pasar por alto la participación de la iglesia católica de Culiacán, con un mensaje del pastor mayor al arranque de la misma y con un concierto de música eclesiástica tradicional a la culminación del evento.
E independientemente de la asistencia, de las proclamas y de las consignas, nos quedamos con lo más positivo de todo en el sentido de que fue una marcha pacífica, en cuyo desarrollo se respetó cabalmente la libre expresión de las ideas, marco en el que se dio, a la postre, la denostación de la autoridad.
A final de cuentas, incluido el gobierno propio -presidenta Claudia Sheinbaum y gobernador Rubén Rocha – todos queremos lo mismo: el restablecimiento de la normalidad en nuestro Estado.
Y pronto, además.
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Bien.
Esta nueva marcha por la paz se da ante el cumplimiento del primer año de la llamada narco guerra, lo que ocurrirá este martes, 09 de septiembre, sin perder de vista que los cielos ya se habían obscurecido desde el jueves 25 de julio del 2024, con aquellos hechos que derivaron en el secuestro del Mayo Zambada, la entrega de Joaquín Guzmán López al gobierno de los Estados Unidos y el asesinato colateral de Héctor Melesio Cuén Ojeda.
A partir de entonces fue que comenzó a producirse el deterioro gradual de la calidad de vida de quienes habitamos estas tierras, hasta arribar a los niveles de la actualidad, quienes no pocos califican ya como prácticamente insostenibles, ante la actividad de la delincuencia organizada y las consecuencias que ello ha producido en la dinámica social.
Ciertamente, ninguno de los tres niveles de gobierno se ha cruzado de brazos ante la situación. Por el contrario, ha librado una férrea batalla contra la criminalidad, la que ha experimentado diversos vaivenes a lo largo de estos doce meses, sin que se visualice un rumbo definitivo.
Irresponsable es asegurar que no se ha hecho nada en tal dirección. Si se ha actuado. Si se ha trabajado. Si hay coordinación; sin embargo, los resultados obtenidos no son precisamente lo buenos que todos quisiéramos.
Según tenemos entendido existen ya nuevas estrategias trazadas desde Palacio Nacional; mayores recursos para la permanencia de la tropa en Sinaloa; equipo y armamento altamente sofisticado y la decisión irrenunciable de ir por los grandes capos, donde quiera que se encuentren, para proceder en consecuencia de inmediato.
Pendientes…tendremos noticias.
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CORTOS.- El 19 de septiembre -aniversario número 40 del terremoto que destruyó gran parte de la ciudad de México – se llevará a cabo un simulacro nacional de desalojo de inmuebles (públicos y privados) organizado por los organismos de protección civil, a fin de que todo mundo conozca las reglas a seguir en caso de desastres como este. Aquí ya se trabaja responsablemente en su organización. Informados…ORALE.- Feliciano Castro, el secretario general de Gobierno, insiste en que aún no cae el último out en lo que atañe a la suspensión del palenque que año con año se desarrolla en paralelo a la exposición ganadera. Se hace un último intento; pero todo parece ser que resultará infructuoso. Al menos se pretende que siga en pie lo de la feria tradicional. Ya veremos…OJO.- Y en cuanto al grito del lunes 15, sigue firme. Y no solo el de Culiacán, sino el de todas las cabeceras municipales, sindicaturas incluidas. Gobierno del Estado mantiene la tesis de que esto será un importante empuje a la economía nocturna de la ciudad capital y que apoyará a un significativo número de micro empresarios que ven en la fiesta del 15 de septiembre una ventana para su recuperación. ¿Será?…ANOTELO.- En cualquier momento nos caerá por aquí, de nuevo, la presidenta Claudia Sheinbaum. Anda en gira de trabajo por todos los estados del país para dar a conocer los resultados de su primer año al frente de la titularidad del Poder Ejecutivo Federal. Enterados…COLOFON.- Y hasta aquí por hoy. Nos vamos ya. Cuídense mucho y Dios los bendiga. Ahora y siempre.
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