“La libertad es para soñarla”, Carmen Martín Gaite
EL NORTE
El mensaje del gobernador Rubén Rocha Moya durante la conmemoración del Día Internacional de Destrucción de Armas de Fuego fue claro, directo y con un fuerte contenido simbólico: la paz no es un discurso, es una construcción diaria que exige decisiones firmes, coherentes y persistentes.
Desde la explanada de Palacio de Gobierno, Rocha Moya reafirmó el compromiso de su gobierno con la seguridad y, sobre todo, con el respeto a la vida.
“Por cada arma destruida, evitamos potenciales actos de agresión y ponemos a salvo la integridad de la ciudadanía”, sentenció. Y es justo ahí donde está el centro de su mensaje: la seguridad como un derecho, no como una aspiración.
El acto de destruir mil armas de fuego —entre rifles y pistolas aseguradas en operativos— no solo representa un avance tangible en materia de seguridad pública, sino que también envía un mensaje potente: en Sinaloa no hay espacio para la resignación ante la violencia.
El gobierno está decidido a actuar, a recuperar espacios y a seguir caminando hacia una cultura de paz. La voluntad, como bien dijo el gobernador, no se va a quebrantar.
Un aspecto que destacó especialmente en el mensaje de Rocha Moya fue la visión integral del problema.
No se trata solo de quitar armas de circulación, sino de evitar que regresen a manos equivocadas y de promover una corresponsabilidad ciudadana.
Por eso, puso sobre la mesa la campaña de canje voluntario de armas, una medida que rompe con el silencio de muchos hogares y transforma la prevención en acción directa.
Se trata de una estrategia que apela a la conciencia social y al deber compartido de proteger lo más valioso: la vida.
Al mismo tiempo, el gobernador reconoció lo que es justo reconocer: que estos logros no serían posibles sin el esfuerzo conjunto de las instituciones federales y locales. Mencionó al Ejército Mexicano, a la Guardia Nacional, a la Secretaría de Marina y a las corporaciones policiales estatales y municipales.
En tiempos donde la desconfianza institucional se hace presente en algunos sectores, destacar el trabajo coordinado es también una forma de fortalecer la legitimidad del Estado.
El mensaje de fondo es contundente: la paz se construye con hechos. Y uno de esos hechos es desarmar la violencia desde su raíz.
Rocha Moya entiende que la seguridad no se alcanza solo con vigilancia, sino con justicia, prevención y decisiones valientes.
Por eso, dijo con convicción que estas acciones, aunque aún insuficientes frente a la complejidad del problema, serán coronadas con éxito.
En un estado que ha vivido momentos oscuros marcados por la violencia, este tipo de actos representan una bocanada de aliento.
La destrucción de armas no elimina el delito por sí misma, pero sí reduce su probabilidad, y sobre todo, envía un mensaje poderoso: la vida importa, y todo lo que atente contra ella debe desaparecer.
Rocha Moya no se aparta de la realidad; la reconoce. Sabe que aún hay retos enormes, pero también sabe que el camino está trazado: con determinación, con coordinación interinstitucional y con una ciudadanía consciente y participativa.
En tiempos donde las soluciones fáciles y los discursos ruidosos abundan, es refrescante ver a un gobierno que apuesta por la estrategia, la perseverancia y la acción responsable.
Como lo dijo el gobernador: no se va a aflojar el paso. Y eso, hoy por hoy, es una señal positiva para Sinaloa.
EL SUR
La presidenta del PAN en Sinaloa, Wendy Barajas Cortés, puso el dedo en la llaga: la corrupción en México no ha desaparecido, simplemente ha mutado.
En voz firme y respaldada por su dirigencia y legisladores, lanzó una crítica directa al gobierno de Morena por lo que considera un debilitamiento sistemático de los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas.
Según el Índice de Percepción de la Corrupción 2024, México se mantiene estancado en la posición 126 de 180 países, con la misma calificación que tenía en 2018, año en que Morena asumió el poder. Barajas Cortés no se limitó a citar datos, fue más allá: cuestionó la ausencia de auditorías claras y la falta de información pública confiable como un signo de retroceso democrático.
Uno de los puntos más sensibles de su posicionamiento es la desaparición o debilitamiento de organismos ciudadanos como el INAI, la Cofece y el Coneval.
La dirigente panista sostuvo que su eliminación no responde a una necesidad de eficiencia, sino a una intención de ocultar información que compromete al poder.
El caso SEGALMEX, dijo, es el ejemplo más claro de lo que se logra cuando existen instituciones que vigilan al gobierno. Sin ellas, sostuvo, estos actos quedarían en la sombra.
Pero el mensaje más preocupante que deja la rueda de prensa es otro: el cambio de paradigma que, según el PAN, se ha instalado en el país. De vigilar a los corruptos, a vigilar a los ciudadanos.
Lo ejemplificó con la herramienta de geolocalización que puede usar Hacienda para rastrear contribuyentes en tiempo real, mientras el propio gobierno no rinde cuentas del uso de los recursos públicos.
En otras palabras, se acusa a Morena de construir un sistema de control más que de transparencia.
Barajas Cortés no perdió oportunidad para contrastar con los gobiernos de su partido, subrayando que cuando el PAN gobernó se abrieron carpetas, se auditó y se enfrentaron consecuencias. Su mensaje final fue claro: “Solo con verdad se construye democracia”.
OCCIDENTE
La diputada Teresa Guerra Ochoa fue clara: los esfuerzos actuales no han sido suficientes para contener el repunte sostenido de violencia en Sinaloa.
Sin rodeos, reconoció que se requiere ir más allá de operativos y detenciones, y apostó por reformas legales que castiguen con mayor severidad delitos como el homicidio doloso.
En el Congreso del Estado ya se trabaja para subir las penas mínimas por este delito, y se busca además tipificar como homicidio calificado aquellos casos donde las víctimas sean menores de edad.
Un paso que, más allá del símbolo, busca responder a una realidad dolorosa: los jóvenes están siendo víctimas en un contexto que no da tregua.
La diputada también habló de reforzar áreas sensibles como la búsqueda de personas desaparecidas y el combate al robo de vehículos.
Pero fue enfática en algo que no debe perderse de vista: la violencia no se resuelve solo con castigos, también se necesita prevención. Y ahí, dijo, está el reto con las nuevas generaciones.
Reconocer el problema es el primer paso. Ahora toca ver si las reformas llegan a tiempo y con el respaldo suficiente para marcar la diferencia.
ORIENTE
La presidenta Claudia Sheinbaum regresará a Sinaloa, y lo hará con un mensaje claro: la salud, particularmente la de la niñez, es un eje prioritario de su gobierno. Este viernes 11 de julio, se prevé que encabece la inauguración de nuevas salas de quirófano y un área especializada en atención a pacientes con quemaduras en el Hospital Pediátrico de Sinaloa, en Culiacán.
Se trata de una visita que reafirma el compromiso con la consolidación del sistema IMSS-Bienestar, así como con el fortalecimiento de la infraestructura hospitalaria en las entidades. No es casualidad que el enfoque vuelva a ser la salud: apenas en mayo, la mandataria estuvo en Mazatlán para lanzar el programa Casa por Casa.
La constante presencia presidencial en el estado, enfocada en temas sensibles y de alto impacto social, deja ver una ruta clara: atender con seriedad las demandas históricas del sur del país y garantizar el acceso a servicios médicos dignos.
Con acciones, no solo con palabras, se construye la confianza en las instituciones. Y en un país que exige resultados, cada visita con sentido social suma.