* A los amigos Carlos navarro y su esposa Gabriela tapia Fonllem un abrazo solidario por el fallecimiento de nuestra querida Cecilia Tapia Fonllem DEP
El año 2025 ha marcado un punto de inflexión en la geopolítica mundial, uno que resuena con ecos del pasado, especialmente de los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, lejos de ser un mero capricho político, ha actuado como un potente catalizador que ha desatado un reacomodo global. La idea de un mundo bipartito, con frentes claramente definidos, parece haberse reinstalado en nuestro presente, donde no solo se enfrentan ideologías, sino que también chocan intereses económicos y estratégicos.
La nueva consigna en el tablero de la política internacional ya no es la lucha contra el nazi fascismo, ni el control del expansionismo ruso sino las implicaciones de la ascendente China. A medida que Rusia ha consolidado su influencia en Europa del Este y los Balcanes, ascenso al que Estados Unidos ha respondido con una renovada vigorosidad, similar a la estrategia del Plan Marshall tras la guerra, que tuvo como objetivo la reconstrucción de Europa y la contención del comunismo.
Esta vez, sin embargo, el contexto ha cambiado drásticamente: ahora enfrentamos no solo una lucha ideológica, sino un choque de economías.
La Guerra Fría nos enseñó que los conflictos ideológicos pueden transformarse rápidamente en guerras económicas y comerciales.
Luego de la guerra fría entre Rusia y Estados Unidos, con la caída del muro de Berlín, se pensó hasta en el fin de las ideologías y la hegemonía unipolar de E U A, ideas que se debilitando al surgir china como el nuevo competidor mundial de esa hegemonía que controla estados unidos.
En este nuevo marco, el capitalismo salvaje se presenta como un sistema que, aunque produce más de lo que consume el planeta, deja a 2000 millones de personas sumidas en el hambre. Un grotesco recordatorio de las falencias del sistema que se suponía debía promover la prosperidad universal. Sustituir 120 mil millones de dólares qué exporta China a EUA no será cosa fácil para México y llevará todo lo que resta el sexenio de la presidenta por lo menos.
En este sentido, la llegada de Trump y su retórica de «Estados Unidos primero» han puesto de manifiesto la voluntad de relanzar al país como líder indiscutido en un mundo cada vez más polarizado.
La estrategia es clara: forjar alianzas basadas en la opción de estar “conmigo o en mi contra”. Este enfoque ha impactado a México y Canadá, pero también ha puesto en jaque a otros aliados tradicionales de Estados Unidos en Europa y Asia. Las tensiones estratégicas se han intensificado, con frentes que se definen cada vez más entre Estados Unidos y China, y México en el medio de esta disputa.
Para México, la situación no es sencilla. La oferta de convertirse en el reemplazo de China en las cadenas de suministro de Estados Unidos puede parecer atractiva, pero también encierra el riesgo de convertir al país en una mera extensión de los intereses estadounidenses. La reciente propuesta del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, de fomentar la inversión extranjera y la localización de empresas en territorio mexicano es un intento de captar ese flujo de capital, pero está atada a condiciones que podrían comprometer nuestra soberanía económica.
Además, la situación en Venezuela pone de relieve las complejidades del contexto regional. El uso del narcotráfico como excusa para sancionar y bloquear al gobierno de Nicolás Maduro revela la hipocresía en las políticas de seguridad y cooperación regionales.
Ya que se busca chantajear permanente al gobierno mexicano para que rompa con china cómo fue la imposición del 50 por ciento de aranceles a todos los productos de China. La administración de Claudia Sheinbaum, enfrentando críticas por su incapacidad para contener la inseguridad y la violencia, se ve atrapada en una narrativa donde el discurso moral y la realidad cotidiana parecen chocar constantemente. Lo que es producto del fracaso del gobierno de AMLO quien provocó debilidades estratégicas que hoy EUA aprovecha para el chantaje.
Lo que está en juego es claro: el gobierno mexicano se encuentra en un cruce de caminos, obligado a decidir si se alinea con los intereses estadounidenses o si busca una independencia que, aunque noble, podría resultar precaria ante la presión ejercida desde el norte. Este dilema recuerda las tensiones del pasado, cuando España tuvo que lidiar con sus propios fantasmas políticos Cuando en España después del golpe de Francisco Franco contra la República Española en 1939 la resistencia por la república continuó incluso de lleno en la Segunda Guerra Mundial en contra del dictador donde Estados Unidos apoyó a esa resistencia y en cuanto cayo Hitler, el presidente Truman negoció con Franco y dejo a la deriva y al aniquilamiento aquella resistencia que había sido un gobierno democrático en 1935 así la juegan los halcones de Washington.
El fracaso de AMLO y su política de autocracia han dejado a México en una posición vulnerable para negociar en un mundo que se mueve a gran velocidad. La polarización actual es profunda, y en los 5 años que restan a Sheinbaum deberá ser astuta para navegar estas aguas turbulentas.
Si bien no se puede ignorar la historia, también es fundamental adaptarse a las realidades del presente. Ignorar los tiempos de la geopolítica mientras se intenta construir un reino personal solo conducirá al estancamiento y la desesperanza.
En este nuevo orden mundial, donde las decisiones se toman bajo la presión del reloj, queda por ver si México será capaz de encontrar su sitio en una mesa donde las cartas ya han sido repartidas. De la astucia y la habilidad política dependerá no solo la supervivencia económica del país, sino su lugar en el escenario global. Ya sea que se tome la opción de aliarse o resistir, debemos estar preparados para las consecuencias de nuestras elecciones. Mientras tanto, el partido continúa y hay que seguir jugando con el score.