El sábado 1° de octubre, la LXIV Legislatura de Sinaloa cumplió un año de su gestión, que al empezar el segundo año empieza muy diferente a como empezó: Descolorida, revanchista y complicitaria.
Los aliados de la elección, el PAS, Héctor Cuén, sus diputados y presidentes municipales, mu y pronto, quizá un poco antes de tomar posesión el 2021, ya eran sus enemigos y hoy están expulsados del paraíso del poder y viven acosados y perseguidos, tratando de reducirlos a su mínima expresión.
Lo mismo ocurrió con sus compañeros de viaje y de partido, Jesús Estrada Ferreiro y El Químico Benítez, quienes han sido defenestrados, el primero ya fuera de la presidencia de Culiacán y el segundo está con la capucha puesta y en la picota, quien muy pronto también será encauzado y destituido de la presidencia municipal de Mazatlán.
Y tercero, viven una tórrida alianza con el PRI que representa Quirino Ordaz y Jesús Aguilar, a quienes se supone combatieron, y al final resultaron aliados, tanto que MORENA y Rubén Rocha cohabitan con ellos y el exgobernador, resulta intocable cuando heredó una estela de corrupción administrativa y resulta impoluto para los diputados que le aprueben sus cuentas públicas del 2019 por unanimidad y, seguramente, dentro de varias semanas harán lo mismo con la del 2020.
Sí, ellos gozan de cabal salud y mueven varios resortes del poder que MORENA, o mejor dicho quienes gobiernan, comparten, quizás muertos de la risa, las decisiones del gobierno, desfigurando por completo cualquier aspiración democrática, como si hubiese existido una relación desde mucho antes.
Pareciera todo, aún y con todos sus argumentos, que solo piensan en el poder y como el otro construir un gobierno transexenal, quién sabe para qué, pero usufructuar ese poder sin importar con quién, cómo y a qué costos.
Del gobernador se podrá decir que cohabitó desde hace mucho tiempo con ese sector del PRI, pero el resto de liderazgo de MORENA, que hoy son diputados y funcionarios públicos, en donde quedó su capacidad crítica, su defensa a la democracia y la idea de organizar gobiernos honrados y eficaces.
En alguna parte del camino se quedó, porque hoy solo aspiran a tener más y más poder sin importar cómo, con quién y a qué costo.
Ahora todo lo tienen fijo (como si eso hubieran sido siempre), sea como sea, así se derrumbe lo poco de los espacios democráticos e instituciones públicas autónomas conquistadas, con tal de ganar, así sea a la fuerza, las elecciones del 2024, pase lo que pase, pero que sobrevivan sus poderes.
En muy poco tiempo, MORENA, los diputados y el gobierno, se han desnaturalizado viviendo el juego de solo acumular poder, como el avaro, a quienes no importa otra cosa, vendiendo la ilusión de futuros promisorios sin llegar aún a prometer el reino de los cielos. Pero para allá van… ojalá no le vendan su alma al diablo.
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